Supongo que debe ser tremendamente duro para Unai Emery descartar una y otra vez a Dealbert. Lo digo con conocimiento de causa porque cuando estás un buen rato al lado del futbolista de Benlloch no puedes más que admirar su profunda y sincera simpleza en un mundo tan lleno de hipocresía. Y a poco que uno conoce también al entrenador se da cuenta rápido de que se le puede acusar de mucho pero no de mala gente y es por eso que estoy convencido de que cada vez que uno no convoca al otro, el primero habrá sentido como si traicionara al segundo e incluso a sí mismo. Valga esta primera reflexión para hacerles partícipes de esta historia que va y que nunca nadie se atrevió a contar. El caso es que ayer mismo se presentó un libro sobre Unai Emery que, de alguna manera, viene a certificar la sensación —o realidad— de que al entrenador del Valencia se le valora más fuera que en casa. No conozco al autor pero hay datos que me llevan a pensar que algo de prestigio tiene en esta profesión de ´arrejuntar letras´ en torno al fútbol; ha escrito un libro sobre Mourinho, otro sobre Guardiola y otro sobre la Roja pivotando sobre la figura de Vicente del Bosque. Desde este punto de partida, afirmo que, de alguna manera, ese libro no es más que la vivificante caricatura que dice que los que seguimos diariamente al Valencia valoramos menos a Emery que aquellos que lo ven de vez en cuando y desde lejos. Será porque la rutina mata el amor y porque hasta de beber siempre la misma cerveza se puede cansar uno —bueno, eso no, pero espero que se entienda la metáfora...—, pero la realidad es que frente al entrenador mediático fuera pero digamos poco valorado en casa tenemos al futbolista desconocido para el gran público, del que se dice muy poco más allá de su pueblo —dicho esto con todo el cariño— pero que se ha ganado el respeto de la grada de Mestalla. ¿Por qué? Pues podría rendirme fácilmente, escurrir el bulto y decir que el fútbol es una mezcla de irracionalidad e identificación patria que termina en soluciones de difícil conclusión, pero siendo eso cierto, en este caso no es así. No hay entuerto; lo que hay es una evidencia. Un tipo que no engaña y que siempre da todo lo que tiene, se gana el respeto de Mestalla. No hay más. No digo que Emery engañe y que no dé todo lo que tiene, digo que su equipo, a veces, da la sensación de que puede hacer mucho más. Y eso Mestalla lo ve a un kilómetro...

twitter.com/Carlos_bosch