Teniendo en cuenta que la temporada pasada el Valencia no pasó de la primera liguilla lo primero que hay que recordar al personal „y a mi mismo que demasiadas veces me enfado demasiado aunque lo hago con toda la intención porque la vida y el fútbol sin nervio son muy aburridos„ es que en la primera competición en que se puede comparar este equipo con el de la temporada pasada, de momento hemos mejorado. En la Liga es complicado igualar el tercer puesto, pero hay tiempo y además, dependiendo de lo que pase en otras competiciones el cuarto lo podemos dar por bueno. Y luego está la Copa del Rey, que en la temporada pasada se llegó hasta semifinales porque fue donde te encontraste al Barcelona. Este año toca el Madrid en cuartos, que es casi lo mismo a efectos de comparar un equipo con otro. Siguiendo por esta senda de optimismo e ilusión con la que he tropezado casi sin querer, me doy cuenta de que es precisamente la Champions la competición en la que tenemos que dejar volar a nuestra imaginación. El valencianismo anda falto de referentes y de momentos que guardar en la memoria, y en los últimos años ha padecido tantos palos y decepciones que en estos momentos no pide Ligas ni finales de Champions. Se conforma con un par de eliminatorias épicas, y si hay una competición que tiene el nombre del Valencia grabado a fuerza de gestas, sin duda es esta. Y ya que estamos embalados en esto de dejarse llevar porque el alma nos lleva como a Fito, y aunque sé perfectamente que el Valencia está muy lejos del Chelsea „no hay más que recordar la facilidad con que el conjunto londinense nos superó la temporada pasada„ su ejemplo de cómo el peor equipo de los cuatro que llegaron a semifinales terminó llevándose la ´orejona´ servirá por lo menos para unos días. Por cierto, la ´no´ renovación de Feghouli ya preocupa. Cada día más. No será porque no estábamos avisados.

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