La naturaleza no da saltos, el fútbol tampoco y menos saltos da el método Rufete. Decir o escribir hoy que el Valencia ganó ayer al Swansea por el trabajo que se ha hecho en torno al equipo desde el pasado martes, día en que tuvo lugar el primer entrenamiento de la era Rufete, es un burdo intento de mentira que no cuela porque el valencianismo anda tan quemado que no se le engaña fácilmente.

Otro arreón

Sí se debe decir que se apreció cierto énfasis en los futbolistas fruto, sin duda de la efervescencia de los días. Hasta se puede decir que los centrales estuvieron mucho mejor que de costumbre, -lo que me lleva a pedir desde aquí la titularidad de Víctor Ruiz junto a Mahtieu el domingo porque eso y no otra cosa tiene que ser método en esencia- y se debe decir que Oriol Romeu le va a dar un empaque considerable al equipo y algunas variables al entrenador que hasta hace nada parecían ciencia ficción -¿por qué no un doble pivote Oriol-Javi Fuego en según que partidos fuera de casa?-. Dicho esto, conviene recordar que no es la primera vez en lo que va de temporada que el Valencia da un arreón para solventar una situación delicada, pero también es interesante recordar al personal que la mejor manera de mejorar es empezar ganando y que lo mejor que le puede pasar a este equipo es ganar un partido sin encajar un gol.

Camino al andar

Por último, déjenme decirles que ganar mola sea el partido que sea, y cuando hay que ganar sí o sí es el domingo en Mestalla, y visto lo visto ayer -que no necesariamente es nada nuevo- el camino hasta la recuperación va a ser muy duro y complicado, pero como dijo el poeta... ¡abróchense la bragueta! Qué pasa, estoy de buen humor...

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