Sí, enhorabuena, estoy preocupado. Estoy bastante preocupado. Y sufro. Si con eso os vale para abrir alguna de las muchas botellas de cava que guardáis para cuando se vaya Peter Lim harto de todo, abridla ya y disfrutad ahora de vuestra pequeña y momentánea victoria. Yo sigo orgulloso con mi disgusto en mi camisa de once varas donde me partiré la cara y en pie de guerra hasta el final. Con ganas de pelea. Y triste porque me puede más ver a la gente sufrir que poder saber la verdad o tener razón. Ya no quiero saber la verdad ni quiero tener razón, lo que he visto en estos últimos meses me alimenta y nutre cada día para seguir peleando, y lo que he visto es gente feliz. Así de simple. He llegado a tal punto que me da igual si el Valencia lo compra Peter Lim o Peter Lam, solo quiero que la gente disfrute de su equipo de fútbol. Quiero que mi madre envíe emoticonos al grupo de washap familiar cada vez que el Valencia marca un gol, y una foto con la bufanda del Valencia a las puertas de Mestalla en cada partido de casa, para que sus hijos y sus nietas sepan que está en el fútbol disfrutando. Y odio profundamente a aquellos que les da igual todo esto y que pelean como hienas para tener razón porque Rufete les ignora y porque Salvo no cede a sus chantajes como si cedió cobardemente Llorente pensando más en él que en la afición. Esa es la verdad de todo lo malo que está pasando en el Valencia en los últimos meses, no le den más vueltas; el origen de tanta maldad está en que Salvo no cede a un chantaje al que sí cedía Llorente cada día. Si de por medio hay que apoyar a un banco y destrozar la ilusión de los aficionados, pues adelante con todo, pero aquí solo importa que determinados personajes de la ciudad ganen su batalla personal con Amadeo Salvo. A mi me dan igual Salvo, Lim y Rufete, solo me importa la gente de a pie, y hoy lo he visto más claro que nunca, soy populista y quiero serlo siempre. Por eso, aquellos que os pasáis a los aficionados por el arco de trinfo, habéis de saber que podéis ganar esta batalla, pero nunca ganaréis la guerra porque el Valencia, o mejor dicho, el sentimiento valencianista, está por encima de todos, de los periodistas, de los presidentes y claro está, de los banqueros. En lo que a mi respecta, puedo decir bien claro que duermo tranquilo excepto en días como hoy, que hacen toro por mi calle... PD: Mucho ojo si todo esto termina afectando al equipo; estáis jugando con fuego.