Hay síntomas que se ven venir de lejos y ya hace semanas que lo venimos comentando. El Valencia es un equipo de fútbol en construcción y al alza. Un entrenador que hace bien las cosas y toma decisiones, jugadores con calidad y sobre todo, jugadores con hambre de gloria. Un vestuario sano cuyos referentes predican con el ejemplo y por eso precisamente son referentes para el resto, y un club con las ideas claras. En definitiva, un proyecto como Dios manda. El Valencia ha cambiado futbolistas ´vedettes´ por futbolistas cuya frase de cabecera es aquello de ´es muy difícil vencer a quien no se rinde´. Hoy tengo la sensación de que lo que ha hecho Otamendi no se está valorando en su justa medida, no digo que no se valore el esfuerzo del futbolista, es evidente que se valora, me refiero a que me apetece explicar qué hay detrás de un gesto como el de Otamendi, es decir, qué hay detrás de un jugador que se deja la vida por superar una lesión para estar en un partido tan importante como el del Vicente Calderón.

El ejemplo

Como yo lo veo, por ejemplo el Barça con Messi, tiene que ser capaz de crear un ecosistema en el que el argentino sea feliz. Da igual si Messi es prepotente o es humilde, si es caprichoso o si es un niñato, todo eso es secundario, la realidad es que Messi es el mejor del mundo, y si el mejor futbolista del mundo está a gusto, con sus manías, caprichos y lo que sea, es más fácil que ganes. Creo que esta temporada ha quedado bastante claro. En cambio, en el Valencia el modelo debe ser otro. Lo dijo Rufete en verano muchas veces y no le hicimos caso: «En este Valencia la actitud no se negocia» y eso hace Otamendi, su compromiso y actitud son innegociables. Y ese y no otro es el camino para volver algún día a jugar una final de la Champions. Lo más importante de lo que ha hecho Otamendi es que predica con el ejemplo de cara al resto. Cuando una de las estrellas del equipo, uno de los referentes, trabaja como el que más y hace lo imposible para estar en un partido que será a cara de perro, el resto de futbolistas solo tiene una opción: subirse al carro porque saben que la estrella no se borra. Cuando los hombres fuertes del vestuario hablan con hechos, el resto va detrás. Eso es un ´equipo con alma´. El trabajo de Otamendi para estar en la batalla del Calderón es la garantía de que el equipo de Nuno va a dar la cara y no se va a acobardar. Luego, el fútbol dirá si gana, pierde o empata. Hace tiempo que lo tengo muy claro, los equipos de fútbol se construyen desde futbolistas y actitudes como la de Otamendi, de hecho, el Barcelona de Guardiola molaba mucho, pero desde que no está Puyol ese equipo es otra cosa. Sigue siendo capaz de lo mejor, pero ahora se relaja y pierde puntos en partidos en los que antes mordía. Una vez entrevisté a un tal Xisco Muñoz -era un canterano que ganó la Liga con el Valencia- cuando empezaba a juguetear con el primer equipo y me dijo, «Carlos, yo veo cómo trabajan cada día Cañizares, Carboni, Ayala, Albelda o Baraja, y tengo muy claro qué hay que hacer para jugar en este equipo...». Pues eso, que Orban, Alcácer, Gayà y André ya saben lo que tienen que hacer...

No al Real Madrid

Tomando una cerveza con Miguel Castillo me hizo esta reflexión: «Cuando tengamos el estadio nuevo y el Real Madrid llegue a una final de Copa, espero que el Valencia le diga que no, como hacen ellos, buscar excusas para decir que no y dejar a muchos aficionados del Barça y el Athletic sin final». Y una cosa tengo que decir, aunque Miguel sea de Oliva y ´mes cabut que un maxo´, tiene toda la razón del mundo.