Termina el partido y el periodista de turno de la meseta le pregunta a André Gomes a pie de campo si con el resultado de 0-4 el Valencia se confirma como aspirante al tercer puesto. André lo mira relajado porque esperaba que le preguntaran por la Liga, sonríe y torea con la respuesta como cuando se pone a torear rivales en el centro del campo de una manera tan insultante, que por momentos, repito, solo por momentos -o por momentitos si prefieren-, es el único futbolista capaz de recordarme a Leo Messi driblando ingleses como si comiera pipas. Dime exagerado pero los jugadores del Elche parecían los del City ante el Barcelona; juveniles. De camino al periódico antes del partido pongo Radio Meseta y una voz femenina dice «la jornada se abre hoy en Elche donde el Valencia se juega sus aspiraciones de ser tercero en la Liga...». Conclusión, antes de ganar en Elche el Valencia no contaba para ganar la Liga y después de ganar en Elche 0-4 y siendo muy superior tampoco, lo que para los valencianistas se puede resumir como la situación ideal. Tan ideal que les contaré un secreto porque me lo ha pedido Vicente Bau. El caso es que el año en que el Valencia iba a ganar la primera Liga de Benítez y el gran Jaume Ortí se puso en Zaragoza una peluca naranja que terminó convirtiéndose en el símbolo de la lucha del valencianismo contra el poder del Real Madrid, este periódico decidió hacer pelucas naranjas para todos los aficionados. Seguro que lo recuerdan bien. Total, que un día aparece Bau en la redacción con la peluca y dice, «necesito alguien que se ponga la peluca para hacerle una foto para la portada... no me miréis así, que es una foto de espaldas». ¿Quien se presentó voluntario? ¡Bingo! El de la guitarra. Durante años hemos estado riéndonos porque cada vez que poníamos una foto de la peluca salía mi pescuezo y mira por dónde ahora pagaría por saber donde demonios puse la dichosa peluca, esa que simboliza la lucha del valencianismo contra el poder de Florentino Pérez, esa que simboliza la ilusión de una afición que este verano dijo basta ya de mangantes y figurantes y que ahora recoge los frutos después de años de sufrimientos. He perdido la peluca de soñar despierto, la peluca mágica que te hace sentirte orgulloso de ser valencianista en cuanto te la pones, mi peluca naranja, mi tesoro. Mi peluca de la Liga...Algo me dice que la necesitaré.