Me cuentan mis fuentes en la Cueva de Alí Babá que lo primero que hizo el tito Floripondio ayer al llegar a la capital del reino fue ir a su despacho para arreglar de una puñetera vez el fax por si tiene que fichar a Jaume Doménech; no vaya a ser que no llegue a tiempo... Pero como con De Gea y como con Gayà, los guapos de la Meseta se van a quedar otra vez con las ganas porque el Valencia ya lo tiene atado y bien atado. Jaume y Paco Alcácer son los grandes protagonistas de un partido que deja muchas lecturas pero prefiero empezar por Nuno Espirito Santo para felicitarle porque ha sido justo y valiente. Tengo mi propia teoría en cuanto a los entrenadores; no creo que ninguno llegue a entrenar a un equipo como el Valencia sin ser trabajador y tener los suficientes conocimientos de táctica. Por ello, creo que el hecho diferencial, lo que marca la diferencia, es saber llevar el vestuario y para eso, hay una máxima; ser justo. Nuno ha sido justo con Jaume y con ello envía un mensaje a todos los jugadores. ´Si trabajáis como Jaume tendréis oportunidades´. Nada peor para un equipo de fútbol que los jugadores vean que su entrenador no premia el trabajo y los méritos.

El juego ofensivo

Y los picapiedra

El Valencia ganó en Gijón pero pudo perder, y no empató de milagro. La victoria es justa y debió llegar antes porque hubo media hora de la primera parte en que los de Nuno merecieron haber matado el partido, pero todo esto no quita para decir que más allá del resultado, el juego ofensivo del Valencia sigue siendo simple y hasta ´picapedrero´. A poco que logran meter un balón en la banda lo centran sin más. Lo de triangular es para los matemáticos...

Los protagonistas

PAco, enzo, Cancelo, André...

En cuanto a protagonistas hay muchos. Paco Van Basten, que nunca se fue y siempre está donde tiene que estar. Abdennour que no sé si hará una temporada como la que hizo Otamendi, pero es un señor central. Cancelo, que tiene cosas que a uno le cae la baba solo de pensar con que saque el futbolista que lleva dentro. Enzo Pérez, que nos va a venir muy bien porque sabe de que va esto „siempre y cuando juegue donde jugó ayer„; digamos que es un hombre jugando a fútbol. Y André Gomes, que es un fenómeno sin más.