Afortunadamente para el Valencia no soy su entrenador, pero si lo fuera, Vezo no habría entrenado ni un solo día y con esto quiero decir que no me gusta Rúben Vezo, ni antes ni ahora, pero sobre él se pueden escribir cosas interesantes. Insisto en que yo me quedaría antes con Javi Jiménez de cuarto central que con Vezo porque el canterano tiene potencial para ser central del Valencia y el portugués para ser cuarto central del Valencia, pero sucede que una cosa es tener una opinión futbolística más o menos coherente, y otra ser entrenador.

Desde que llegó, la obsesión de Marcelino ha sido el grupo y por ello decidió prescindir de Diego Alves y Enzo Pérez al precio que fuera, porque consideraba que eran futbolistas que no hacían grupo. Y algo similar hizo con Nani y Orellana, aunque el chileno al final no ha salido. Se preocupó mucho de que determinadas informaciones tuvieran el matiz necesario para que no afectaran al grupo, y se cuida mucho en público de presumir de plantilla, tanto que ha dicho que es "de diez".

Pues bien, una manera de cuidar el grupo es lo que ha hecho Marcelino con Vezo. Que no contaba con él lo sabían todos los futbolistas, porque no son bobos, pero ahora es uno más de la plantilla. Con esto Marcelino manda un mensaje a todos y cada uno de los jugadores del Valencia; el que trabaja tiene su premio, o dicho de otra manera, se puede cambiar la opinión del entrenador pero para ello hay que currar mucho.

En ese sentido, Vezo ha sido un ejemplo para todos, por más que creo que si el Valencia quiere ser competitivo los defensas titulares han de ser otros, lo que pasa es que en esto del fútbol, hay muchas maneras de hacer un equipo competitivo, pero una imprescindible es que el entrenador sea justo y premie al que trabaja diariamente. Es vital.

Lo que de verdad importa: La gente lo dice claro

He dicho alguna vez que otra que gracias a Marcelino tenemos ante nosotros la oportunidad perfecta de olvidar por y para siempre el proceso de venta. Y ojo que soy el primero que ha de aplicarse el cuento, y en ello estoy, porque el aficionado nos ha demostrado que está hasta las narices de nuestras batallas y que solo le importa que el Valencia gane partidos y disfrutar con él. Casi 44.000 espectadores en Mestalla para ver al Atlético y colas para comprar entradas para el derbi.

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