No hace mucho leí un artículo de un periodista de Barcelona sobre el referéndum de independencia de Cataluña y su impacto en la convivencia de la gente. Fue antes de las imágenes que todos vimos el pasado fin de semana, pero la realidad es que el hombre, en concreto Emilio Pérez de Rozas, ya vislumbraba lo que podía venir teniendo en cuenta lo que contaba. Y lo que contaba era que en el grupo de washap de su familia pasó lo que nunca había pasado, que con motivo de una discusión sobre el referéndum catalán, familiares que toda la vida se han llevado de maravilla y que utilizaban el grupo de washap para comunicarse desde la distancia, para felicitarse el cumpleaños y para en definitiva compartir experiencias vitales y del día a día, terminaron discutiendo acaloradamente hasta el punto que al mencionado grupo de washap se le acabó la armonía y no ha vuelto a ser lo que fue. Y pasó que el otro me acordé de Pérez de Rozas y su excelente artículo cuando después del discurso del rey Felipe VI, en el grupo de washap de mi familia uno decía que había estado bien y el otro que no había dicho nada de esto o de lo otro. A mí la política me da absolutamente igual, ya lo he dicho alguna vez, y miraba el grupo sonriendo mientras trasteaba por youtube y twitter, todo al mismo tiempo. Y a poco que la cosa subió un pelín de tono y el debate entraba en que si monarquía o república hasta que se me ocurrió terciar en plan cachondo y dije, «el único rey que me interesa es Marcelino, ese sí es un rey...». Y ya ven, pasó que ese simple comentario sirvió para que de repente todos nos diéramos cuenta de que no podíamos permitir que en nuestro grupo de washap familiar pasara lo que pasó en el de Emilio Pérez de Rozas, y la tropa empezó a poner emoticonos de aplausos y cosas como «claro que sí, Marcelino es el mejor». Ahora me doy cuenta que jamás me han aplaudido tanto por un comentario en ese grupo de washap porque lo habitual es que me digan que no ponga más canciones «de eixos peluts» y cosas por el estilo. Por eso desde estas líneas le quiero agradecer al Marcelino García Toral, entrenador del Valencia y además ´millor Regaor del món´, lo mucho que ha hecho sin él saberlo por la armonía familiar en mi casa. Lo mejor de todo, es que esa no era mi intención, yo dije que mi único rey es Marcelino porque lo pienso, porque me da igual la política y porque es el entrenador del Valencia. ¿Pasa algo?

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