Termina el partido, ha marcado su sexto gol en la temporada y Rodrigo, que es uno de los capitanes del Valencia, dice que está feliz por Orellana y añade que el chileno "está teniendo un comportamiento excepcional, me alegro mucho de que haya sido titular y de que esté con nosotros". No sé qué pensarán ustedes, pero esto no es normal. Quiero decir que no es casualidad, y hasta creo que hay algo de teatralidad en la puesta en escena, pero me da lo mismo porque la esencia del asunto es que el Valencia suma un futbolista para la causa, y teniendo en cuenta que la plantilla es corta y el reto que hay por delante, en este equipo caben todos.

O mejor dicho, caben todos los que hagan lo que ha hecho Orellana, que es lo mismo que hizo Vezo en verano o Simone Zaza hace unas semanas, trabajar duro ante la adversidad y tratar de ganarse el puesto en cada entrenamiento. Y ojo que el chileno no es un tuercebotas, estamos ante un tipo que es internacional por Chile, que evidentemente encaja poco en el sistema de juego relámpago de Marcelino porque no es un futbolista de atacar al galope y a los espacios, es más bien un ratón que se mueve en espacios cortos, pero eso es precisamente lo que debe aprovechar de él el Valencia, que es algo que no tienes y que por lo tanto te puede servir como alternativa para partidos que se atascan con rivales que se encierran.

No veo a Orellana titular en la final de Vitoria de este sábado ante el Alavés -sí, ese partido es una final-, solo digo que cuando un jugador calla y trabaja merece un premio y es justo aplaudir al futbolista que se lo gana y al entrenador que lo concede. Lo digo como lo pienso, tengo plena confianza en la manera en que Marcelino está manejando el grupo, con el caso Orellana manda un mensaje claro al vestuario, "si trabajas, tienes premio", y la consecuencia es que el Valencia es hoy, más que ayer, un EQUIPO de fútbol cuya mejor virtud es la potencia del grupo, el trabajo individual y colectivo, la generosidad sobre el terreno de juego y la solidaridad en el esfuerzo en favor del bien común. No hace falta que recuerde qué ha pasado cada vez que el Valencia se ha construido como equipo de fútbol bajo esos parámetros.

O mucho me equivoco, o Marcelino ha conseguido tener un vestuario a prueba de bombas. La afición lo único que tiene que hacer es sentarse a disfrutar y esperar a ver hasta donde llegamos, pero tiene buena pinta.

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