Tengo claro que la satisfacción no da puntos, pero no es la primera vez que un equipo de fútbol va bien en lo que a la clasificación se refiere y sus aficionados no terminan de estar satisfechos. Dicho de otra manera, hay maneras de jugar a fútbol que solo son buenas si ganas. Al respecto, el Valencia de Marcelino está ganando y ahí están sus números, pero ademas, llena de satisfacción a los suyos. Ahí está el gesto de Rodrigo Moreno al ponerse la peluca naranja para "honrar a Jaume Ortí" como el propio jugador explicó.

Es una manera de decirle al mundo ´yo quiero jugar en este equipo y quiero tocar la gloria con esta camiseta´. Sé que no es meramente futbolístico, pero este deporte trasciende lo meramente deportivo, y eso es precisamente lo que hace de él lo más importante de las cosas menos importantes de la vida. Pero mira por dónde tenemos otro ejemplo que si es puramente futbolístico, y no es otro que Simone Zaza. Ver correr al italiano en Mestalla ante el Barcelona a uno le reconforta.

Evidentemente que no solo se trata de correr, hay que jugar a fútbol, pero poco le podemos decir a un tipo que es delantero centro y lleva nueve goles y el ´extraterrestre´ Leo Messi doce y uno de ellos de penalti. Pues ese tipo que marca goles, además, se deja los ´bowlings´ corriendo en trabajo defensivo y tiene una rotura parcial de menisco. Hay campos de fútbol en los que se valora mucho un gesto técnico hasta el punto que al futbolista en cuestión se le permite no entregarse como al resto y en mi opinión, esa fue una de las causas por la que Joaquín no triunfó en el Valencia, en Mestalla, lo primero que se le pide a un futbolista es que se entregue, y después que juegue bien a fútbol.

Ojo que esto es importante, conviene no confundir, las dos cosas son perfectamente compatibles, y eso es lo que quiere el valencianista, buenos futbolistas que se entreguen. Una persona que entiende de esto me dijo de Zaza cuando lo fichó el Valencia: "Si mete goles, será el amo de Mestalla, porque tiene una hiperactividad que gusta en Valencia". Y chico, acertó de pleno.

PD: Dice Sánchez Arminio, el jefe de los árbitros, que ponerse una peluca no es tarjeta amarilla porque con ella uno no se cubre la cara. Espero que salgan a pedir disculpas los mezquinos del nacionalsupremacismobarcelonista que la pedía para Rodrigo por rendir la memoria de Jaume Ortí en su casa y ante su gente.

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