Dicen que el tiempo todo lo cura y será eso, que ya han pasado unos días y con el ha pasado también el calentón de la derrota contra la UD Las Palmas. No negaré que estoy realmente preocupado y más desde que mi amigo Miguel me machaca con lo mismo, «¿cómo ves lo del miércoles Carlos? Estoy asustado...». Y así todo el día oye, por whasap o en plena subida al Picaio de Puçol el domingo de buena mañana, cima a la que como ya se habrán imaginado, llegué yo el primero.

El caso es que pensando y pensando creo que estamos obligados a mirar hacia adelante y sin que se interprete como no querer ver la sustancia del problema. Que lo hay, y es futbolístico y arbitral. En lo futbolístico el Valencia de Marcelino recibe demasiados goles, dicho por él en rueda de prensa, y ahora además, se confía. Y eso sí que no. Y mira por donde tenemos en los morros un partido vital. Un partido en el que al Valencia le vale el empate para estar en semifinales de Copa, pero que ha de intentar ganar, obviamente. Repito, el Valencia tiene unas semifinales de Copa a tiro de piedra y viene de hacer el partido más decepcionante de la temporada. ¿Qué hacer? Pues miren, estos futbolistas y este entrenador se han ganado a pulso tener el apoyo y el cariño de todos los aficionados en el partido más importante de la temporada. Creo que es posible estar preocupado ante la evidencia del bajón en el juego y decirla en público, con apoyar de manera incondicional. Por otra parte, nadie dijo que fuera fácil llegar a semifinales y meterte en Champions.

La que se avecina

Tiempo tendremos para hablar de ello durante la semana, pero vayan preparándose para el bombardeo del nacionalmadridismo con noticias del tipo «Ferran, el crack del futuro que quiere Florentino» o «Guedes, el futbolista nacido para jugar en el Real Madrid».

Hola SER, era una ´boleta´

Otro mensaje para los señores de la Cadena Ser, esa emisora de radio que tiene trabajando a gente que si eres bajito se burla de ti. Avisen al susodicho cuyo nombre no quiero escribir para no malgastar tinta ni papel, que hace algo más de un año llegué a pesar 83 kilos... ¡y eso que no mido ni 160 centímetros! Mi mujer me decía «eres una boleta». Por ahí tienen un filón para insultarme.

PD: Me pregunto qué diría de mí la muy progresista Cadena Ser si yo fuera negro, judío, mendigo, o hubiera nacido en Siria. Y se llenan la boca diciendo «somos la radio». Vaya tela.

Más artículos de opinión de Carlos Bosch, aquí.