Si me preguntan si creo que el Valencia va a eliminar el jueves al FC Valors y se meterá en la final de la Copa del Rey, la respuesta es sí. Ya he dicho muchas veces que el día que piense que el Valencia no tiene nada que hacer antes de un partido, me iré a casa, reflexionaré y dejaré el oficio de ´arrejuntar letras´. ¿Y en qué me baso para pensar que el Valencia, que ha perdido los últimos cinco partidos que ha jugado, puede ganarle al FC Valors? Pues obviamente en situaciones que no se pueden medir, porque como ya he dicho más de una vez, si el fútbol lo procesáramos solo por cosas tangibles desde el punto de vista matemático, el Valencia no le habría ganado dos Ligas al Real Meseta hace unos años ni habría eliminado al FC Valors de la Copa del Rey la última vez que ganó la Copa del Rey. Y como el fútbol no solo es estadística, pues me sirve de bien poco el discurso que emana del Valencia para explicar o justificar la derrota ante el Atlético de Madrid.

Que si lo más justo hubiese sido un empate, que si ellos solo dispararon una vez, que si esto que si lo otro. A ver, el Atlético jugó una castaña de partido como el Valencia, pero quiso ganar y a su manera fue a por la victoria. Al equipo de Marcelino le faltó espíritu, salió con la lección bien aprendida para defender, y sí, ya he visto que ha mejorado en defensa pero también veo que aquí nadie se regate a nadie, que alguno le cuesta hacer un control en condiciones y que pasarse la pelota con cierta rapidez para pillar un hueco en la defensa rival parece una proeza. Mejorando en defensa nos hemos olvidado del ataque...

Cuando no disparas entre los tres palos ni una sola vez, no has querido ganar el partido. Seré sincero, la derrota en el Wanda me deja una reflexión preocupante, es como si el equipo ya no tuviera ilusión. Seguramente lo que le falten sean fuerzas, pero lo veo desangelado y estresado, como si necesitara bajarse del mundo durante unos días, limpiarse la mente y coger energía nueva.

El ´supremacismo´

Gerard Piqué sobre el Espanyol: "Son de Cornellà y con eso me refería a que cada vez están más desarraigados de Barcelona. Tienen un propietario chino también y todos sus consejeros son chinos". Lo que les decía el otro día. Eso que ahora llaman ´supremacismo´ tiene muchas caras y se manifiesta de muchas maneras, y claro, ha llegado al fútbol, que quieran o no, siempre será un reflejo de la sociedad. ¿El Espanyol no puede ser de un chino y Piqué se puede casar con una colombiana? Ay...

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