Primera jornada de Liga, el Levante gana al Villarreal 1-0. El conjunto granota juega mejor que el castellonense, innegable. Si en el fútbol existiera la victoria por puntos habría que habérsela adjudicado a los de Orriols, pero no existe. Puedes no merecerlo pero ganar y además ser perfectamente legal. Otra cosa son los merecimientos basados en quién buscó más y mejor la victoria, pero en el fútbol existe la injusticia legal. Volviendo al primer partido de Liga del Levante, ganó 1-0 con un penalti que no era. No creo que nadie se atreva a negarlo tampoco. El Levante merecía la victoria pero la obtuvo de manera ´ilegal´, y entrecomillo la palabra ´ilegal´ para que se entienda. Pues bien, vamos a ver qué dijeron entonces el capitán del Levante, Morales, y su entrenador, Juan Ramón Muñiz. Morales: «Si el árbitro se ha equivocado es cosa suya». Muñiz: «Es ventajista venir aquí y hablar del árbitro. Hay que ayudarles porque tienen una profesión muy difícil. Me pareció penalti». Pues eso. Y ojo que no hace tanto tiempo de esto, que fue el pasado mes de agosto.

Lo de las entradas

Entre unas cosas y otras, se me pasan los días y tengo pendiente escribir sobre la mala gestión del Valencia en la venta de las entradas para el partido de vuelta de las semifinales de Copa del Rey. Habrá quien me diga que ya no toca y que sacar el tema ahora no es más que una manera caprichosa de escampar porquería a destiempo por parte de un periodista aburrido, y como tiene toda la razón del mundo -no lo hice antes del partido porque mi ánimo no era otro que contribuir al necesario buen ambiente para eliminar al FC Valors-, lo haré cortito sin detenerme en el esperpento que los aficionados tuvieron que soportar el día antes del partido en la cola de la tienda de la plaza del ayuntamiento. Cometido el error que podemos calificar de ´xarlotà´ por no ser más escatológicos, me preocupa es la duda o casi certeza, de que no aprenderán. Espero equivocarme pero todo lo sucedido la semana pasada me recuerda a una reflexión que hice cuando el famoso editorial del Valencia días antes de la junta de accionistas. El resumen era que aquellas palabras contribuían a ampliar la distancia entre Meriton y el aficionado de a pie, asumiendo que no se puede generalizar y cada uno es de un padre y de una madre. Decía que a pesar de que el momentáneo éxito deportivo es responsabilidad de Meriton como lo fueron los fracasos anteriores, el valencianista de la calle seguía mirando a Meriton y sus representantes con cierto recelo o desconfianza. Cada uno lo llame como considere.

Lo de las entradas

Al final, y que se entienda lo que trato de decir, el aficionado ha percibido por parte de su club maltrato y no cariño, y esto contribuye a esa desconfianza. Una de las claves de un presidente del Valencia es que sus aficionados crean que defiende al club por encima de todas las cosas y ante quien sea. Personalmente lo considero un concepto clave. Un presidente que no sea capaz de transmitir eso jamás gozará del favor de la grada, por más que los buenos resultados todo lo curan. Pero ojo, Anil Murthy no es un presidente del Valencia al uso, como los de toda la vida, nos equivocamos si no lo tenemos en cuenta porque con el proceso de venta esto cambió para siempre: él es representante de Meriton y como tal, ha de rendir cuentas a Peter Lim y a nadie más. Esto le permite tomar decisiones desde cierta distancia, algo que no es necesariamente malo, de hecho, en ocasiones puede ser hasta una virtud, pero no hay nada mejor en esto del fútbol que la identificación, eso que algunos resumen con dos palabras: «me representas». Si lo piensas mínimamente, lo normal sería que Peter Lim vea en Murthy un mejor presidente/gestor que lo que fue Layhoon, pero a mi modo de ver, el aficionado de la calle sigue siendo su asignatura pendiente, algo que, por otra parte, no se resume con que le pidan hacerse una foto los días de partido. Por lo demás, no creo que sea justo que olvidemos a Mateu Alemany en el asunto de las entradas. En la foto caben todos. Y más si eres director general del Valencia CF.

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