El movimiento que ha hecho el Valencia CF en su cantera es raro, pero no malo, o mejor dicho, no es necesariamente malo como alguno vende por ahí. Y me refiero a prescindir de lo que se llama el fútbol social, que no es otra cosa que jugadores jóvenes que pagan por estar en el Valencia, dicho esto con todo el respeto, porque si mis hijas hubiesen querido, yo habría pagado gustosamente para que estuvieran en el fútbol social del Valencia.

Estamos en lo de siempre, todas las estrategias son buenas si se aplican bien y todas son malas si se aplican mal. Esa idea vale para la planificación del primer equipo y para la de la cantera. De hecho, vale para casi todo en la vida. Cada uno tendrá su opinión pero yo iré a la sustancia de las cosas, es como aquello de que el sabio señala a la luna y el necio mira al dedo, pues bien, lo que yo valoro es que por fin el Valencia intente hacer algo con la cantera.

Algunos lo hemos dicho en los últimos años y nos ha costado más de un palo pero la realidad es tozuda. Desde que se fueron Salvo y Rufete que el Valencia no tiene plan en la Academia. Ha habido parches, pero no un plan. Lo que yo pienso de Salvo y Rufete lo saben de sobra y de nada me retracto, pero no es ese el tema, lo que quiero decir es que lo que ha pasado en los últimos años en la cantera es, en cierta medida, lógico. El club era un caos organizativo y terminó siendo un caos el primer equipo y también la Academia. De hecho, los últimos canteranos cuyos nombres empiezan a ser conocidos para el gran publico o coquetean con el primer equipo, son fruto de la apuesta de Rufete y Salvo por la cantera. Tenían un plan, invirtieron dinero -que es la clave de todo-, lo ejecutaron hasta donde les dejaron, y dio sus frutos. Tampoco tiene más secreto.

Ahora, una vez estabilizado el primer equipo y con ello el club, -porque lo único que da estabilidad a una entidad como el Valencia es que la pelota entre, y no le demos más vueltas-, lo siguiente es acometer la reforma de la Academia porque en estos tres años no solo han terminado los frutos del proyecto de Salvo y Rufete -con sus aciertos y sus errores- sobre todo se ha perdido el rumbo ante la falta de un proyecto definido. Por lo tanto celebro que el Valencia lo retome en serio porque nada se ha perdido y está a tiempo de todo. Ahora falta lo de siempre, acertar.

Más opiniones de Carlos Bosch.