Vamos con una de Roberto Gómez. Dice en Radio Meseta que no entiende que ningún ciudadano español pudiera ir con el Manchester cuando se enfrentó al Sevilla en la Champions, y alguien le apunta que a lo mejor alguno del Betis sí iba con el Manchester y él que no, que el Sevilla es un equipo español y bla, bla, bla, y que no entiende que se pueda animar a un equipo extranjero cuando juega contra otro español hasta que de repente, calla durante un bendito instante como si la única luz de su cerebro le hiciera ver que como siempre está metiendo la pata hasta el fondo y añade, «a ver lo mío con el Chelsea-Barça es diferente, yo voy con el Chelsea porque tengo muchos amigos jugando en el Chelsea».

Estamos ante el perfecto ejemplo de lo que podemos denominar la manera de ser, pensar y actuar del nacionalmadridismo, no en vano ´Chuletón´ es uno de sus grandes exponentes. Ellos deciden qué se debe y no se debe pensar, decir y hacer. Ellos tienen motivos para animar al Chelsea contra el Barça pero los motivos de los demás para animar al Manchester contra el Sevilla o al PSG contra el Real Meseta son incomprensibles. Roberto Gómez puede tener amigos en el Chelsea pero Juan Mata no puede ser amigo mío o tuyo que estás leyendo esto, o tampoco puede gustarte Ander Herrera como futbolista ni Mourinho como entrenador. Tampoco te dejan tener manías, quiero decir, ¡la gente tiene derecho a tenerle manía, por ejemplo, a la Real Sociedad o al Getafe y no querer que ganen jamás! Pero no, ellos dictan las normas y Mourinho solo podía gustarte como entrenador cuando entrenaba al Real Meseta. ¡Ahora te tiene que caer mal! Había que ir con el Sevilla porque lo decía Roberto Gómez y todo lo que no fuese eso hasta debería estar contemplado en el código penal. En otras palabras, que si llueve en la M30, llueve en toda España, y si hay atasco en la Gran Vía a la altura de la Cueva de Alí Babá, el tráfico es un caos en todo el país. ¡Y que viva Florentino, Zidane y Cristiano! ¡Y Pedrerol! ¡Y Raúl selección!

Reflexiones en la red

Vamos con una reflexión interesante que he visto por Twitter: «Políticos y empresarios montan una ampliación de capital para que la Fundación del Valencia compre las acciones del Valencia CF con un préstamo con un aval del IVF, sabiendo que la Fundación no puede devolverlo. Compras el Valencia, devuelves aval e intereses y encima te tienes que comer la multa de la Unión Europea». Es de Salva Machancoses. Firmo debajo.

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