Supongo que partidos como el de este domingo ante el Eibar, e incluso la derrota ante el Getafe, sirven para que pongamos un poco los pies en el suelo y le demos valor a la clasificación para la Liga de Campeones. No digo ni que sea casi un milagro o como si te tocara la lotería, digo que seguramente todos lo veíamos tan hecho, -que lo está desde el punto de vista matemático-, que hemos terminado por no darle valor. Y supongo también que hasta es humano que te relajes, que lo veas hecho y termines por no ponderarlo en su justa medida porque más allá de la matemática, lo cierto es que el Valencia ya hace mucho que es virtualmente equipo de Liga de Campeones. Por ello propongo que interpretemos ese poquito que nos falta para ser de Champions para que seamos conscientes todos de lo que cuesta lograr las cosas y no nos vengamos arriba, y lo digo yo, que soy el primero que se sube a la palmera emocionado.

No ha tenido más remedio Marcelino que admitir que a sus jugadores les pudo la ansiedad y que querían celebrar el gol antes de marcarlo y es otra de las lecturas de las que tomar nota para el futuro. Si te puede la ansiedad es porque como equipo no estás preparado para grandes batallas. Es así. Sin ir más lejos, recordemos que la última vez que el Valencia se clasificó para la Champions las pasó canutas para ganar a un equipo que se jugaba el descenso. Por no decir que todos sabemos que en ese gol de Alcácer a pase de Yoel que se comió de manera inexplicable un improvisado lateral izquierdo del Almería al ir al cruce, se nos apareció la virgen, nostre senyor, Mario Kempes y hasta Roberto Iniesta... Pues bien, ese equipo que se asustó en el último partido de Liga cuando se jugaba a un partido el objetivo de la temporada, tiene el record de puntos logrados por el Valencia en una Liga. ¿Por qué digo esto? Porque para ir a la Champions a ser algo más que una comparsa -y me consta que Lim es ambicioso en ese sentido- hay que fichar futbolistas que estén acostumbrados a competir, más allá de que se puedan combinar de manera estratégica con las jóvenes perlas. Así es como entiendo yo la exigencia. Lo dije el otro día y lo repito hoy, el pasado del Valencia es glorioso pero no gana partidos y ahí están las dos últimas temporadas para apoyar mi tesis. Y tampoco ganará partidos en Champions la temporada que viene. La palabra es competir.

PD: Lo de los árbitros y el Valencia no tiene nombre. Gracias a Jaime Latre Mestalla no fue una fiesta. Vaya temporadita llevamos... Era gol de Zaza.

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