Cuando Zidane dimitió como entrenador del Real Meseta y los dejó plantados y con un par de narices porque nadie sabía nada de nada, todo eran palabras bonitas para el entrendor francés. Que si había sido muy inteligente, el más inteligente de todos, que se iba en el mejor momento y además como un señor, que su legado es tal que no se le puede poner ni un pero porque Zidane forma parte de la historia y la leyenda del club blanco, y que su salida no era más que un punto y seguido porque el Madrid seguirá caminando por la excelencia. No había problema alguno porque según ellos, el dueño del Tottenham, un tal Daniel Levy, es millonario pero gilipollas integral, y hacía solo un par de semanas había renovado a Pochettino por cinco temporadas pero había dejado una cláusula de escape en el contrato por si Florentino Pérez, más conocido como el señor Castor, en algún momento de esos cinco años, repito ¡cinco años!, quería darse el capricho de fichar al entrenador argentino. Insisto, Levy es bobo de nacimiento y renueva cinco temporadas a un excelente entrenador pero le deja la libertad de, por ejemplo, dejarlo tirado el próximo mes de diciembre si por alguna de aquellas el Real Meseta tira a su entrenador y decide fichar a Pochettino.

En otras palabras, que la caverna madridista esperaba que el Daniel Levy se espatarrara y dijera claro, claro, señor Florentino más conocido como el señor Castor, puede usted llevarse a mi entrenador, ¡lo que haga falta por las glorias deportivas que campean por España! Yo dejo empantanado mi proyecto y le doy libertad a Pochettino, ¡faltaría más! Pero como eso que ellos creían que iba a pasar no ha pasado, pasa que una semana después el señor Castor no tiene entrenador y ya están todos de los nervios, porque son desmesurados y exagerados para todo, para lo bueno para lo malo, como los Platero. Y hora ya empiezan a darle palos a Zidane porque ha dejado en el Real Meseta un problema de narices, y ya me dirá usted qué puede hacer ahora el pobre Tito Floren, que apostó por él cuando era un entrenador que no lo hacía bien en el Real Mesetilla y así se lo ha pagado, dejándolo tirado... ¡no hay derecho oye! Lo más gracioso es que alguno dice que el problema está en que el Real Meseta tiene que planificar el equipo, los fichajes y las salidas, y como no tiene entrenador no puede hacerlo... como si en el Madrid el entrenador pintara algo. Pellegrini: «En el Real Madrid me decían que algunos debían jugar sí o sí». Ale, hasta mañana.

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