Hace mucho que me propuse ser honesto cada vez que me sentara ante un teclado y hay veces que conviene más que nunca. Y lo seré a pesar de la certeza de que le tocaré las narices a más de uno, pero supongo que va en mi condición de opinólogo y 'arrejunta letras'. Hoy no estoy dolido. La selección española ha caído en octavos de final ante un equipo infinitamente inferior y con ello ha desperdiciado una oportunidad de hacer algo importante en un mundial, pero no estoy dolido. No digo que me haya alegrado, pero sí he pensado «nos lo merecemos». Todos. Cuando al poco de que Rusia elimine a España Pedrerol saca pecho y dice que la culpa de todo la tiene Rubiales, que cesó a Lopetegui por comprometerse con el Real Madrid, lo he pensado otra vez: «¿Ves?, si es que nos pasa poco...». Lo he dicho cientos de veces y lo repito hoy, el legado que nos dejó Luis Aragonés no fue una maravillosa manera de jugar a fútbol, lo que hizo Zapatones fue poner de manifiesto que la selección vivía entonces secuestrada por los intereses de lo que yo llamo nacionalmadridismo y otros Central Lechera o Caverna. Sea como sea, no hay un solo aficionado al fútbol en este país que no sea del Real Meseta que no sepa de qué hablo. Mientras la selección española esté secuestrada por un debate que todo lo procesa en clave madridista, no me dolerán sus fracasos. No me alegraré, pero tampoco será un disgusto. Así de claro lo digo. No me representa una selección dominada por tipos que creen tener al rey en la barriga solo porque la casualidad hizo que nacieran en el centro. No me representa una selección que se carga a Iniesta para que su recambio sea Asensio, no me representa una selección en la que se lincha al presidente de la Federación porque le planta cara a Florentino Pérez. Hay voces que plantean que el debate es si estamos ante el final de un modelo deportivo, -el de los pequeñitos que juegan muy bien a fútbol-, y si tal vez conviene volver a lo de antes, a lo de la Furia que es en definitiva lo que hacen todos. Si el debate es ese estamos muertos, porque como yo lo veo es bastante más profundo. Rubiales tiene por delante la posibilidad de devolverle la selección a los españoles. Él sabrá si la deja en manos del nacionalmadridismo. Él sabrá si elige un seleccionador valiente y lo mantiene contra todas las críticas porque, por ejemplo no convoca a Asensio, o si opta por hacerse el simpático y contentar a Pedrerol, De la Morena, a los Manolos, al Marca, al Diario As, a la Cope y a toda la tropa. Ese es el debate. Lo demás son bufes de pato.

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