En el año 999 después de Cristo, conforme se acercaba el 31 de diciembre, la vieja Europa rural, románica y cristiana se tiraba de los pelos porque se suponía que se terminaba el mundo. Pero pasó la nochevieja, sonaron las doce campanadas y el apocalipsis no llegó -téngase en cuenta que en aquella época no existía El Hormiguero y eran los campanarios los que marcaban el tiempo cotidiano de las personas-. Y como tampoco había internet ni contertulios y tuiteros que de todo saben, era fácil engañar a la gente. Los engañaron por partida doble. Primero diciéndoles rezad y donad dinero que se acaba el mundo y después diciendo seguid rezando y donando que gracias a ello no se ha acabado. Y así estoy yo con el tema de Cristiano. Oye, que se ha ido de la Liga española y no pasa nada. ¿Pero no se iba a acabar el mundo? Un poco de respeto porque llevo tres días como Santa Teresa, que vivo sin vivir en mí. Señores voceros del nacionalmadridismo, pido seriedad con los asuntos apocalípticos porque he estado a punto de enviar a freir espárragos a mi mujer y dedicarme a la vida loca hasta el fin de los días. ¡Que me he jugado la piel Pedrerol! Tan asustado estaba que ayer por la mañana cuando salí del garaje y el sol seguía siendo amarillo 'Puigdemont', decidí acercarme al paseo de la playa de Puçol a ver si el mar se había secado o algo. Buscaba una señal de la catástrofe que se supone se avecinaba. Pero no, estaba todo en su sitio. Un par de runners 'primaveras' y con la cara roja porque a esas horas ya no toca, dos tipos aburridos paseando al perro que buscaba la sombra desesperadamente mientras levantaba la pata para mear, los chiringuitos en la arena, la fuente que está justo en el medio y que no da agua desde hace años...Y claro, incrédulo que se ha hecho uno con esto de la edad, pues me arriesgué y entré en la playa por la pasarela a pesar de que iba disfrazado con la ropa del periódico...Y terminó la pasarela y decidí seguir arriesgando hasta la misma línea de playa, ¡sin chanclas y a lo loco! No sé si lo saben, pero ahora soy a tope de creyente y pensé que si el Señor Castor ha dicho por boca de Roncero y el de la Foto de Mou que el mundo se acaba de la misma manera que Yahveh le habló a Moisés en el Sinaí, se acaba por narices. Y me fui hasta el final del espigón para ver si junto al pescador despistado que le caía la ceniza del cigarro en el pantalón, había un ejemplar del BORM con los nuevos mandamientos de la ley Cristiana dictados por el Ser Superior desde la Cueva de Alí Babá. Y no había nada. Mañana volveré.

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