Los pocos pero interesantísimos minutos que los jóvenes Jordi Escobar y Kangin Lee han jugado con el primer equipo del Valencia CF son suficientes como para poder afirmar algunas cosas respecto a la política de cantera del club. Lo primero es que hacen lo que dicen, que no es poco. En la vida y en el fútbol lo normal es decir una cosa y hacer otra. El presidente del Valencia CF lleva un tiempo diciendo en público que se va a apostar por la cantera, y lo cierto es que la apuesta empieza a dar sus frutos. Eso para empezar. Lo siguiente es analizar la política de cantera con una mínima profundidad porque ya tenemos algo más que un plan, tenemos los primeros resultados.

Hace unas semanas califiqué el plan del Valencia como 'autopista al primer equipo' y tracé la metáfora con la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin según la cual solo llegan al primer equipo los más aptos y el resto se extingue y por ahí va la cosa. Soy de los que piensa que todas las teorías son buenas si se aplican bien en la práctica, pero esta en especial es mi favorita cuando de fútbol base se refiere. El Valencia quiere formar jugadores y le da lo mismo -estoy exagerando para que se entienda mejor- si por el camino el juvenil pierde la Liga, por ejemplo, con el Villarreal. Es más, el Valencia prefiere que el Mestalla sea el último de la tabla si los jugadores que le interesan, los señalados por los técnicos, han crecido lo que de ellos se esperaba. No quiere un filial que gane la Liga si de sus futbolistas ninguno tiene condiciones para jugar en el primer equipo. Parece una bobada, pero no lo es porque resume en esencia la que quieren Mateu Alemany y Pablo Longoria. Y Jordi Escobar y Kangin Lee están entre los elegidos. El club hace todo lo posible para que sean jugadores de primer nivel, tendrán lo que no tuvo Isco: la oportunidad de fracasar. ¡Esa es la clave! La naturaleza y el fútbol no dan saltos y conviene tener paciencia porque son dos niños, pero si Marcelino los pone, es que algo ha visto. No lo duden. Ahora la sustancia está en saber acertar en el momento exacto en que Kangin y Jordi den el salto al primer equipo porque es el más difícil en la carrera de un futbolista, la llegada al profesionalismo.

Es evidente que todos los canteranos no pueden ser de nivel TOP, pero lo que están haciendo Marcelino, Mateu y Longoria tiene una consecuencia: ahora es más fácil que jugadores de mucho nivel vengan a la cantera del Valencia, y es más fácil fichar a perlas como Uros Racic porque cuando les dices «apostaré por ti», te creen.

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