De repente me puse nervioso... un pequeño escalofrío recorrió mi espalda de arriba abajo, inquieto, cambié de posición varias veces, miré el reloj, salí del despacho y pegué cuatro gritos y me dije qué narices estoy haciendo si es un partido amistoso... Los minutos previos al partido me sacaron por un instante de la locura en que vivimos en SUPER con el tema de los fichajes y me hizo ver la verdadera esencia de este bendito deporte... tener ganas de ver jugar a tu equipo de fútbol. Eso es lo que han logrado Mateu y Marcelino y parece poco pero es la clave.

Vamos con nombres propios. Podemos discutir a Santi Mina lo que queramos, básicamente que le falta precisión, pero en el ensayo general antes de la Liga marca el primer gol y da la asistencia en el segundo. Por cierto, cada vez protege mejor el balón. El gol ante el Everton le ha venido muy bien a Wass. Obviamente no es un puñal por la izquierda pero muerde arriba y trabaja para el equipo en cualquier posición. Bravo por Ferran Torres, la galopada de los minutos finales le va a servir para ganar en confianza. Va poco a poco pero no hay que desesperarse con él. Sigo pensando que Garay es el mejor central que tenemos y espero que los que mataron a Diakhaby antes de que lo fichara el Valencia saquen ahora la patita por algún sitio -nótese la ironía porque obviamente andan escondidos-.

La ironía de Diakhaby vale también para Piccini. Me quito el sombrero ante Vezo. No es de mis favoritos pero gracias a su excelente actitud ya está por delante de Murillo. Que se lo haga mirar el Patrón. A Vezo le han fichado cuatro centrales en dos años y aguanta. Y trabaja. Zaza se llevó algunas de las ovaciones de la noche y se lo merece. Es un futbolista contagioso hacia la grada y hacia el equipo. Lo que queramos pero un milagro tiene que pasar para que en septiembre esté en el Valencia CF. Ojo, si el mundo se divide entre 'zazistas' y 'antizazistas', me apunto entre los primeros, pero es lo que hay.

Y de Kangin Lee y Jordi Escobar qué les voy a decir que no haya dicho... El coreano es un macho alfa, un líder, dice Albelda que ve en él a un tipo empeñado en quedarse sí o sí en el primer equipo. Escobar lo tiene todo a favor, como futbolista no entra tan fácil por la vista como Kangin, pero que a su edad haya aguantado una pretemporada tan exigente como las que prepara Marcelino sirve para definir su potencial.