Que levante la mano quien no haya dudado aunque sea una vez de Ferran Torres. Que levante la mano quien no haya pensado que no termina de ser decisivo en un partido o que esperaba de él que regateara como loco futbolistas rivales sin parar y uno tras otro. Yo sí lo he pensado. No lo he escrito ni lo he dicho en público, pero lo he pensado. Eso sí, cuando ha llegado la hora de hacer un razonamiento futbolístico, la prudencia me ha hecho acertar. ¡Es un niño! Y como tal, ha de ir poco a poco. El fútbol es pasión y presente rabioso, por eso es lógico que queramos que Ferran la rompa desde ya mismo, pero eso es muy difícil.

Mis ganas de que triunfe tienen demasiada prisa. ¿Que hay jugadores que llegan el primer día y son desequilibrantes y titularísimos? Sí, los hay. Lo hizo Messi o lo hizo Raúl. Y Neymar. Pero es que solo nombrarlos desacredita el argumento en sí mismo y lo deja en algo ridículo. Ferran no es Messi. Con esto no quiero ponerle techo, digo que él va poco a poco. ¿Dónde está el problema más allá de las prisas de cada uno que por otra parte son algo personal que nada tiene que ver con lo meramente futbolístico? ¿Les digo nombres de futbolistas que han sido muy grandes en la historia del Valencia CF y han ido poco a poco? Mendieta por ejemplo, se tiró varias temporadas sin rascar bola y cuando comenzó a jugar lo hizo de lateral derecho. Poco a poco fue desplegando su poderío, adelantó su posición al centro del campo y terminó siendo el amo y señor del equipo. ¡Mendieta era un escándalo de futbolista! O Claudio López. El Piojo llegó del fútbol profesional argentino y la primera temporada fue tan decepcionante que en la segunda por poco se queda sin ficha.

Cierto que fue el atrevido de Valdano, pero El Piojo no llegó el primer día y la rompió. Le costó. Angulo se tiró también una temporada en la sombra y David Albelda, cuando llegó al primer equipo con Hector Cúper ya había estado cedido dos temporadas -no consecutivas- en el Villarreal. Una en primera y otra en segunda. Lo que tenemos ahora es un Ferran que amenaza con arrancar de manera definitiva y repito que no seré yo quién le ponga techo, pero si en los dos próximos partidos juega de titular y no rasca bola, mantengamos la paciencia. Ahí hay madera de futbolista. Es capaz de combinar calidad con una potencia física que lo convierte en un puñal. Y sobre todo, me está sorprendiendo gratamente su determinación, se le nota que se ha metido entre ceja y ceja triunfar en el Valencia. Esa es la clave del éxito, el primer paso.