Llegué a casa más pronto de lo habitual y en cuanto me vio quitarme el pantalón y los zapatos del trabajo y ponerme algo cómodo, concretamente un pantalón corto con el escudo del Valencia CF, una camiseta y las zapatillas de correr que ya no sirven para correr, se puso como loco. Daba vueltas sobre mí, y a poco que me dirigí a la cocina se puso detrás de mis pies, en plan marcaje al hombre de los que hacía Voro cuando al fútbol se jugaba con dos centrales y un líbero. Esa etapa me marcó, Arias en el centro, Giner galopando como loco y Voro mordiendo orejas de rivales. Y con él detrás de mis pies sin casi poder andar me dirigía a beber agua, y como el 'pitxer' está precisamente muy cerca de su cajón, donde están sus correas, las bolsas para sus 'mondongos', la cuna que no gasta y la ropa para el invierno, miré a mi mujer y le dije va a ser imposible que vayamos a comprar sin que saque a este a la calle. Y tuvimos que retrasar la salida media hora porque al señorito le dio la gana.

El caso es que iba paseando al perro y como siempre me puse a pensar en el Valencia CF. Qué puedo hacer yo como periodista, o incluso mejor, qué debo hacer. Andaba pensando que lo que me pide el cuerpo es decir abiertamente que me toca mucho la moral lo que está pasando pero que me apetece decirle al mundo que sigo confiando en este equipo y en Marcelino, al tiempo que repasaba mentalmente en la gilipollez esa que los periodistas hemos adoptado como lugar común -y yo el primero- de «no cuenten conmigo para quemar la falla». Y me reafirmo en que es una bobada porque diciendo eso parece que afirmamos que los aficionados están quemando la falla. Y no. Los aficionados están más 'quemaos' que el palo de un churrero porque quieren que el Valencia gane. ¿Dónde está el problema? ¿Que hay debate con Parejo? Pues como toda la vida. ¿O no había debate con Bossio o con Fernando? ¿No lo hubo con Angulo? Estar enfadado porque el equipo no gana, generar debate en torno a un futbolista o preferir que juegue Pepito en vez de Paquito, es el fútbol de siempre. Si le quitamos eso será tan aburrido como ver un partido de la NBA, que sí, que Lebron James es un animal, pero no se me pone la piel de gallina ni me levanto pensando hoy juegan los Chicago Bulls? Ni tendré jamás una guerra civil en casa por ir a ver un partido de los Boston Celtics. Y mientras él buscaba desesperadamente una esquina que marcar, me di cuenta de que tal vez hasta tenga cierto pudor en escribir que el equipo necesita paz y paciencia y no ruido y estrés. Que tan lógica es la respuesta a los cinco partidos que ha hecho el Valencia, como seguir confiando en que el entrenador sabrá sacar el asunto adelante al tiempo que los futbolistas darán un poco más. Sí, repito, creo que los futbolistas han de dar un poco más, unos más que otros, pero todos en general. Y como mi trabajo es decir lo que pienso aunque muchas más veces digo lo que siento, hoy escribo que tengo confianza en Marcelino y en que el Valencia CF remontará el vuelo. Así de simple.

Juan Cruz, cállate

Remataremos este artículo de fin de semana diciéndole a Juan Cruz, que es un periodista y escritor que escribe en el Diario AS, más conocido como el BORM II porque es el aspirante a Boletín Oficial del Real Meseta. Como digo el hombre es de esos que escribe mirándose al espejo y que cree estar en posesión de la verdad porque es culto y lee libros. Tan culto que termina siendo un soberbio que se cree capaz de juzgar a la gente que no hace lo que él quiere o que no reacciona como a él le gustaría. Dice el señor Juan Cruz en el Diario As que «los gestos de burla» de parte de Mestalla hacia Cristiano cuando fue expulsado «fueron un espectáculo similar a un circo romano». Sí, sí, no lo invento, esto ha salido publicado en un periódico nacionalmadridista. Y esto: «Lo que pasó en Mestalla me produjo una infinita vergüenza por el género humano apiñado en la grada». Y esto otro: «El graderío valencianista vociferaba a favor de la desgracia de Cristiano». Vamos a ver, amigo Juan Cruz, para comparar a la gente que estaba ese día en Mestalla con un circo romano, -donde se aplaudía la muerte-, y escribir género humano apiñado en la grada vociferando, uno tiene que tener la conciencia muy tranquila.

Señor Juan Cruz, esto lo ha escrito usted en el Diario As cuyo redactor jefe se llama Tomás Roncero, conocido el mundo entero por vociferar en los platós de televisión. Pero usted es un ventajista que se atreve con el valencianista anónimo y no con Roncero, no sé si porque trabaja en el periódico en el que supongo le pagan por escribir estas tonterías que no quiero calificar de gilipolleces. Cuando usted se atreva con el redactor jefe del periódico para el que escribe, estará legitimado para opinar libremente sobre la gente que va a los campos de fútbol, mientras no haga eso, será uno más de los intelectuales que creen tener una autoridad moral que no poseen, porque si de verdad la tuvieran, no escribirían bobadas y serían mas respetuosos. En el fondo, la diferencia que hay entre Roncero y Juan Cruz es que Tomás no engaña, te dice lo que es y punto. Juan va de objetivo y sesudo por la vida, y eso lo hace más peligroso.

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