Hoy son las entradas del partido de Segunda B entre el filial y el Hércules CF, ayer era que al hablar de la deuda del fútbol español con Hacienda se ilustraban los vídeos con imágenes de las obras paradas del estadio del Valencia CF a pesar de que no le debe ni un euro a Hacienda, o aquello de que al Valencia le dejaron dinero público y, aunque lo ha devuelto, se sigue diciendo al mismo tiempo que no se dice que también se le dejó dinero público al Levante, al Elche o al Hércules. El denominador común es la mala intención, porque no es desinformación. Les explicaré por qué en Madrid se pone el acento en que Madridel Valencia no deja entrar a los aficionados del Hércules que son de Alicante y no en las razones del club valencianista en tomar esa decisión, como tampoco se pone el acento en que el Valencia le comunica días antes al Hércules que no le cede más entradas. Están linchando al Valencia por proteger a sus abonados. ¿Por qué? Porque en Madrid, una decisión coherente del Valencia no vende. ¡No es noticia! ¿Han escuchado aquello de que es noticia que un hombre muerda a un perro pero no es noticia que el perro muerda al hombre? Pues ahí lo tienen, tal cual. Hoy en día a un periodista le cuesta muy poco tiempo y esfuerzo saber la versión del Valencia CF En Madrid no ponen el acento en que el Valencia cedió a los aficionados del Hércules -pagando, lógicamente- el 20 por ciento del aforo del recinto donde se jugó el partido. Si luego, van aficionados por su cuenta, ¿quién y cómo se evita eso? La única manera de filtrar a los aficionados para evitar problemas por motivos de seguridad es mirando el DNI, suena raro y de por medio se cometen injusticias muy feas. Es, sin duda, una mala decisión tomada en caliente por una situación que no ha provocado él porque quiere vender entradas a los valencianistas que la compran en cada partido del filial, pero no es lógico que el Valencia se lleve los palos y el Hércules sea la víctima cuando él es el origen del problema. El periodista que desde Valencia escribe esa noticia para que se la publiquen en Madrid sabe qué tiene que destacar para que tenga recorrido y que así sus jefes de Madrid le pasen la mano por el lomo y le digan «muy bien chaval, toma un caramelo». Ahora resulta que son ellos los que dicen cómo tiene que vender el Valencia las entradas.

Más opiniones de Carlos Bosch.