Creo que soy justo si digo que hace unas semanas todos los valencianistas le pedimos al Valencia CFque ganara «aunque sea jugando mal». Era aquello de ya no valen las palabras -las de Marcelino y las de Mateu Alemany- y solo vale el fútbol. Pues bien, eso ha hecho este equipo, ganar dos partidos seguidos después de perder ante el Girona, día en el que muchos coincidimos que más justificado estaba el discurso de Marcelino basado en que el problema era el gol. Desde entonces el entrenador ha cambiado cosas con lo que nos deja claro que algún problema más había por más que él lo resumiera todo en la falta de acierto con el gol, pero el cambio sustancial es que el equipo ha encadenado dos victorias. La de Getafe desde el punto de vista clasificatorio solo sirve para que el Valencia no se hubiera descolgado de manera casi definitiva de los puestos de arriba, aunque en estos momentos tal vez lo mejor sea pensar solo en el próximo partido ante el Rayo. En este sentido, creo que mirar los puestos de Championsahora es mear contra el viento.

Donde tiene más valor ganar en Getafe es en el aspecto anímico sobre todo por aquello de que es más fácil mejorar desde las victorias que desde las derrotas. A partir de ahí, nada está hecho por más que hay tiempo de sobra para arreglar una temporada que por momentos ha dado auténtico pánico, y cuando digo arreglar me refiero a estar entre los cuatro primeros que es lo mínimo que hay que exigirle al Valencia CF. Repito, lo mínimo. Dicho esto, lo que no van a conseguir es que esté enfadado por haber ganado. Si alguien esperaba que el Valencia iba a ganar un partido mostrando una superioridad aplastante me atrevo a decirle que andaba lejos de la realidad. Para empezar el Getafe ya le ganó los dos partidos la temporada pasada y segundo, por mucho que hablemos de exigencia y de que somos el Valencia CF, el equipo se plantó en Getafe con unos números en Liga que son los que son y con cinco puntos menos que el rival. ¡Llegó allí con una victoria en Liga en once partidos! ¿Qué quiero decir con esto? Que el Valencia está malito, no está en condiciones de arrollar a nadie, y su enfermedad no se cura ganando al Getafe, pero ha ganado, y es un paso adelante. Tal vez lo más positivo es ver que por fin los futbolistas han asumido la mediocridad en la que se encuentran ahora y saben que solo pueden ganar jugando como un equipo pequeño. Para ser grandes tenemos que trabajar como los pequeños. Es la receta de toda la vida. No nos agrandemos.

Más artículos de opinión de Carlos Bosch, aquí.