El Valencia CFPlantarse en una final de Copa del Rey el año en que celebras cien de vida es un premio para todos los aficionados, y no digo con esto que con jugarla sea suficiente, -ni mucho menos porque las finales están para ganarlas-, pero repito que estar en ella recompensará muchas cosas. Pero mejor analicemos lo que tenemos ahora antes que relamerse ante la posibilidad de ganar un título que certifique de manera definitiva el fin del proceso de venta -dime iluso una vez más-. Insisto en querer poner el acento en algunas cosas que no terminan de verse. Ahora que por fin el Valencia CF ha anunciado la renovación de renovaciónDani Parejo. Con mejores o peores futbolistas, pero comprometido. Ni son golfos, ni pasotas ni venenosos o tóxicos, y lo dice el periodista que calificó a Enzo Pérez de ejercer un liderazgo tóxico, algo que no volveré a hacer porque llevó a conclusiones que yo no insinuaba. Y esto va más allá de si te gusta Parejo o te disgusta. Nadie podrá decir que se esconde, que no la pide. Se ha dicho que no jugaba bien y que hasta mereció pasar por el banquillo -y si vuelve a pasar se volverá a decir-, pero nadie ha dicho que se escondía. Porque no se esconde. Y es una seña de identidad que se puede exportar al vestuario. Este equipo lo ha pasado mal porque con muchas jornadas ya disputadas ha estado mirando de reojo los puestos peligrosos de la tabla, pero nadie ha podido decir que los jugadores no querían. Querían pero llegaron a no saber cómo y eso se convirtió en falta de confianza que te atenaza las piernas, pero nunca ha habido pasotismo. Es más, que sepa el aficionado que son los futbolistas los que se han empeñado en llegar a la final y detrás de ellos ha de ir la afición porque eso es esencia un equipo de fútbol: un grupo de jugadores y aficionados comprometidos para encontrar la gloria. Algún día habrá que explicar el papel de Parejo y Jaume en el vestuario, el trabajo oscuro que ha permitido coser lo que se descosía y ordenar lo que se desordenaba. Y paralelamente a un vestuario comprometido, un director general, Mateu Alemany, que sale reforzado de la crisis y que de la mano de Mateu AlemanyLongoria. Me gusta que ahora el club camina con paso firme hacia una idea: más que nombres, quieren futbolistas con hambre. Y Marcelino a entrenar. Todo en orden.

Más opiniones de Carlos Bosch.