Si yo fuera entrenador del Valencia CF y solo hubiera ganado seis partidos de 25 en la Liga no sé qué diría cada vez que me tocara dar una rueda de prensa. Admito que es complicado, pero resulta cansino -y a veces roza lo insultante- escuchar a Marcelino rifarlo todo -o casi todo- a la mala suerte o al destino caprichoso del fútbol. Admito que he pensado muchas veces que esta temporada estamos gafados, pero una cosa es que lo digamos mi neurona preguntona y no, y otra que lo diga el entrenador del Valencia CF y además que dé la sensación de que no tiene otra explicación, porque al final suena a excusa. Ya sé que el Valencia disparó dos balones al palo -Gayà y Rodrigo- pero también sé que en los minutos finales optó más por intentar aguantar el 0-1 que por buscar matar el partido. Y mira que hasta el gol del Leganés el Valencia CF estaba resistiendo de manera notable el básico pero efectivo asedio del Leganés, pero me atrevo a decir que en la segunda parte, el Valencia CF debió ir a por el partido. Creo que no lo hizo. Lo dijo bien claro Cheryshev: «Siempre tuvimos la sensación de poder hacer daño y no lo hemos hecho». Y esto tiene una consecuencia, que para jugar la Liga de Campeones la temporada que viene lo primero que hay que hacer es demostrar de verdad que la quieres jugar. Y los cuatro empates seguidos que lleva el Valencia CF en la Liga dicen que tal vez quiera jugarla pero no lo parece porque no lo demuestra. Si este equipo no es capaz de ganar al Leganés tal y como se dio el partido, va a ser muy difícil que al Si este equipo no es capaz de ganar al Leganés final de Liga sea cuarto Y sí, yo también sé mirar la clasificación y hasta sé sumar y restar pero por muchas jornadas que queden, por muy apretado que esté el campeonato, nada me hace pensar que encadenará las suficientes victorias seguidas que necesita para meterse de verdad en esa pelea. Por otra parte, me ha hecho gracia leer que la culpa de que el Valencia CF no gane en Leganés es de Parejo, que entra con 0-1 en el marcador. Si nos ponemos a señalar, con 0-1 Rodrigo tiene un remate que ha de ser gol, Sobrino un mal pase a Gameiro que de hacerlo bien deja solo al francés, y también un remate por encima de la portería. Por no hablar de la entrega de Paulista a un rival en el 0-1 con el equipo saliendo en bloque, y su desastrosa defensa; se olvidó de Braithwaite, que fue quien marcó el gol... Y Kondogbia con 1-1 comete un error en la entrega que no fue gol por obra y gracia de Neto. Si se trata de personificar en alguien, ese es Marcelino, que es el entrenador. De mala suerte nada oiga.

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