Llevo un tiempo pensando si va a resultar que el Valencia CF de Marcelino no tiene un problema y que si tal vez sea yo quien lo busque porque necesito encontrarlo para justificar opiniones, interpretaciones y reflexiones recientes. No soy un periodista de los que se empeña en tener razón y espera agazapado detrás del micrófono -o del teclado- a que el mundo gire y gire para alguna vez poder decir 'a boca plena' ven como yo tenía razón hace quince años cuando les decía que patatín y patatón, al contrario, hace tiempo que desistí de empeñarme en tener razón y me limito a escribir lo que pienso guste más o menos y abierto siempre a la posibilidad de cambiar de opinión porque me da la gana y porque lo considero un buen síntoma. Con la edad, nada me pone más de los nervios que el empecinado en sus trece. Pero hoy estoy aquí para tratar de convencerles de que dejemos, aunque sea por un par de días, de lado opiniones y nos pongamos todos juntos del lado del escudo. Sí, esto va para los exigentes, para los gruñones sempiternos como el pitufo, para los fieles hasta lo enfermizo y para los que todo les parece bien haga lo que haga el Valencia CF sin más motivo que ese, que lo ha hecho el Valencia CF, y me parece bien porque siempre he sido de esa trinchera. En definitiva, es el momento para que todo aquel que alguna vez se ha emocionado con este escudo arrincone 'políticas' personales que salvo la de Mijatovic, yo mismo he convencido a mi neurona preguntona para que olvidemos nuestras categorías y circunstancias -al estilo Kant y Ortega- y pongamos todo de nuestra parte para saborear momentos como los que se avecinan, porque no todos los años se celebran cien. Y ya sé que no hay más que olisquear por el pasado del Valencia CF para saber que en sus propios genes prende el debate y que ahí están Montes y Cubells para reivindicarlo, que fueron las primeras estrellas en Algirós y con ellos comenzó la porfía eterna -de montistas y cubellistas hablan los libros de historia-, y cien años después ahí seguimos al pie del cañón debatiendo a vida o muerte y por cien más que sean. Y seguro que ellos, Montes y Cubells, verán bien que como homenaj al siglo de vida que nos contempla, vayamos de la mano este 17 de marzo para ganarle al Getafe en Mestalla y empalmemos con una marcha cívica -la del lunes 18- que ha de ser el mejor homenaje a nuestro Valencia CF de cada uno. Da lo mismo si somos cien o cien mil, si somos uno o un millón, seremos valencianistas orgullosos y centenarios. No faltes porque será bonito.

Más opiniones de Carlos Bosch.