Tengo algo que decir sobre algunos comentarios que he visto sobre el Valencia CF y sus futbolistas tras la derrota en Vallecas. Por resumirlos en una o varias ideas, decían algo así, -léase con voz ampulosa porque se entiende mejor-: «Este equipo se ha levantado y ha estado 17 partidos sin perder y no seré yo quien dude ahora. No me bajo del carro por una derrota. Pueden criticar». Repito que no lo digo por nadie en concreto, es más bien a modo de resumen. Pues bien, no puedo estar más en desacuerdo con ese comentario, y lo escribe alguien que hace unos días pedía el apoyo de los aficionados a los futbolistas. Miren, soy el primero que se baja del carro si los futbolistas no corren. Más claro agua. Soy el primero que se baja del carro si los futbolistas del Valencia CF salen al campo pensando que el partido está ganado porque el rival se llama Rayo Vallecano. ¡EL PRIMERO!

No me bajo del carro por la derrota porque esto es fútbol y se puede perder de muchas maneras, me bajo del carro porque este equipo se jugaba mucho en Vallecas y los futbolistas salieron a pasearse. Y mejor que yo, lo saben los propios futbolistas. Y de la misma manera que les he aplaudido y he pedido que se les apoye porque ellos fueron los que dieron un paso adelante para cambiar una temporada que parecía encaminarse al fracaso irremediablmente, hoy digo lo que digo porque saben perfectamente -o a estas alturas ya lo deberían saber- que el Valencia CF en general y este equipo y con estos futbolistas en particular, solo puede cumplir los objetivos y tocar la gloria si en cada partido se deja el alma. ¡Esa es la verdadera exigencia que supone llevar la camiseta del Valencia CF! No ganar siempre o ganar títulos, la exigencia de llevar la camiseta es darlo todo. Y en Vallecas, los futbolistas del Valencia CF no lo hicieron.

¿El entrenador acertó? Pues posiblemente tampoco, pero yo no culpo a Parejo por equivocarse y fallar el penalti, o Ferran por fallar el mano a mano, culpo a los futbolistas por no darlo todo. Y como sé que tengo razón, si se enfadan tienen dos problemas, uno enfadarse y el otro desenfadaerse. También pueden hacer otra cosa, salir el jueves al estadio de La Cerámica y darlo todo, ganar el partido y taparme la boca. Y salir el domingo a Mestalla y ganarle al Levante y taparme la boca. Y obligarme a que suba al carro de nuevo. Lo haré encantado. Estoy expectante.

PD: Las imágenes de tres tipos en Vallecas deseando a Marcelino y a su mujer que se hubieran matado en un accidente de coche son penosas pero no son la afición del Rayo. Son tres cafres.