Lo que no podemos pedir al entrenador del Valencia CF, se llame como se llame, es que sea adivino. Esto viene a cuento por el, en principio sorprendente, cambio de Guedes por Rubén Sobrino ante el Atlético de GuedesRubén SobrinoMadrid Dijo el entrenador del Valencia CF que lo cambió porque le pareció ver que el portugués cojeaba, y doy fe de que en la redacción de SUPER Pablo Leiva dijo lo mismo en una jugada en que el portugués, en banda, en la banda de los banquillos y con metros libres para galopar, templó, pisó la pelota y la devolvió al centro.

Dijo más Marcelino, dijo que no le preguntó nada al futbolista, y lo entiendo. Un entrenador no tiene porqué preguntar a un futbolista si está bien o si está mal antes de cambiarlo, puede preguntarle si quiere, pero no está obligado. Como tampoco está obligado a que si el jugador le dice que está bien, mantenerlo en el partido. ¿Por qué? Muy fácil, porque un futbolista está a muchas pulsaciones y caliente en un partido, y es factible que aunque note una molestia quiera forzar. Eso ha pasado cientos o miles de veces. Como pasa que otros, normalmente cuando son veteranos, se conocen a la perfección y piden el cambio en cuanto notan un pinchazo.

Eso Carboni lo explicaba muy bien. ¿Y qué ha de hacer en ese instante el entrenador? Pues decidir teniendo en cuenta el partido que está jugando en ese momento, teniendo en cuenta los partidos que tiene por delante y su importancia, y teniendo en cuenta que ha perdido a Cheryshev. ¿Que se enfada Guedes porque lo cambia? Pues que se enfade. Prefiero que se enfade a que le dé lo mismo, porque todos pensábamos que el partido estaba para meterle mano. Pero el fútbol tiene estas cosas y el entrenador lo que hace es decidir no arriesgar porque no puede permitirse perder dos semanas al portugués por un problema muscular. Marcelino no puede saber qué va a pasar pero tiene que tomar una decisión en ese momento y la que toma es coherente.

Lo que no me parece coherente es que sea Rubén Sobrino quien entra para jugar en la banda y que Kang in esté en Corea, esa no es una decisión que has de tomar en virtud de una situación imprevista. Como lo de poner a Coquelin ante el Villarreal en Europa League; un entrenador no puede hacer las alineaciones pensando en los apercibidos, ha de hacerlas pensando en los mejores para ganar los partidos porque alguno ha de jugar, pero si faltan 30 minutos y te tienen que hacer cinco goles para eliminarte, no tienes la necesidad de arriesgar.