No le demos muchas vueltas al asunto de Rodrigo porque es casi tan viejo como el fútbol. Si no se quiere ir tiene muchas maneras de decirlo. Si su mensaje es que hará lo que diga el Valencia CF, estamos ante una bonita manera de decir que me quiero ir pero no quiero quedar mal: «Llegad a un acuerdo y me voy». Si no contempla marcharse del Valencia CF bajo ningún concepto, no habría caso Rodrigo porque frenaría cualquier negociación, que para eso tiene un contrato firmado. Es fácil. Ningún club de fútbol del mundo planea hacer una oferta por un jugador, o llamar a otro club para decirle que tiene interés en fichar a tal jugador, sin saber que puede convencer al jugador en cuestión. En otras palabras, ningún club de fútbol profesional pregunta a un club por un jugador sin haber tanteado antes al jugador. ¿Se imaginan que después de mucho negociar los clubes llegan a un acuerdo por una millonada de euros y después aparece el jugador y dice yo no quiero salir o no quiero jugar en ese equipo? Nadie pierde el tiempo así.

Que Rodrigo no quiera forzar para salir le honra y habla muy bien de él como persona y le aplaudo, pero eso no significa que no quiera salir, significa que es un tipo que se viste por los pies, pero es profesional y a su edad hay oportunidades que ya no se le van a presentar. Tiene derecho a querer marcharse y tiene derecho a hacerlo siendo agradecido al Valencia CF. Sé que es difícil y más con todo lo que está pasando en el Valencia CF en las últimas semanas, pero ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos. Eso sí, la salida de Rodrigo no me gusta un pelo porque a estas alturas de mercado va a ser difícil encontrar un delantero que iguale lo que aporta al equipo, pero es lo que pasa cuando dependes del mercado, que manda él. Te gustarán más o menos los fichajes, te gustará más o menos que Marcelino haya optado por no 'enfadar' a los pilares indiscutibles del equipo que son los que se mojaron por él cuando peor estaba su situación, pero no se puede dudar de que el equipo está trabajado, tiene las ideas claras, y es capaz de hacer daño jugando a lo que juega. Y sin Rodrigo, tengo derecho a pensar que el equipo será menos peligroso. Dicho esto, vamos a tener tiempo estos días para desarrollar una idea que he deslizado antes, que ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos. A Marcelino le sobran los motivos para estar enfadado, pero si frena un poco en sala de prensa tampoco pasa nada. Parece empeñado en que el mundo se entere.

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