Como entrenador en el Valencia CF apenas se recuerda de él por inventar el concepto de derrota útil y porque quiso cambiar hasta los percheros y al final hubo que cambiarlo a él porque su equipo no daba la talla, pero como comentarista de fútbol me parece el mejor junto a Cañizares. Hablo de Jorge Valdano, que el otro día hablaba de Ansu Fati, el chaval de 16 años que ha debutado con el primer equipo del Barça. Dijo de él que tiene complicado seguir teniendo oportunidades que sean competitivas y le permitan crecer en el primer equipo pero lo calificó de «seductor» porque todos los que estábamos viendo el partido queríamos que le llegara la pelota a él para ver qué hacía. Fue escuchar esa reflexión y acordarme de Kang in Lee.

Es precisamente lo que nos pasa a todos con el coreano, que nos seduce y nos quedamos siempre con las ganas de verle más. Y sí, esperas que el balón le llegue para ver qué es capaz de hacer el chaval. ¿Esto es bueno o es malo? Ni bueno ni malo, es simplemente fútbol, que es como la vida, que uno se cansa de las mismas cosas, las mismas caras y de los mismos gestos. Volviendo a Kang in, quien ha de gestionar la carrera del futbolista joven y seductor es el club, no solo el entrenador, y queda claro que en el Valencia CF, entre unos y otros, no han sabido hacerlo. De hecho, la solución adoptada hasta ahora es la peor para un futbolista joven, que se quede en el equipo porque se lo impongan al entrenador, que a fuerza de que un día me lleve la contraria y a tenor de lo que ha dicho sobre el coreano en rueda de prensa, tiene pinta de que no lo va a poner.

Y eso que el fútbol lleva un par de años dándonos muestras de que ha cambiado, que le pregunten a Zidane, que ha ganado tres Ligas de Campeones con el Real Madrid y no tiene a Pogba y se tiene que comer con patatas a James y a Bale porque Florentino se niega a regalarlos. No se trata de calibrar qué es más importante, si la Copa del Rey y las dos clasificaciones para la Liga de Campeones para el Valencia CF, o los tres títulos de Champions para el Real Madrid, es más bien que la realidad es tozuda, y el dueño del Valencia CF también. Bueno, y Marcelino. El problema viene cuando todos se empeñan en mandar y no ceder un ápice, que en estos casos ya se sabe quien tiene finalmente el voto de calidad.

PD: Si los futbolistas y el entrenador no son capaces de estar unidos y entender que han de remar juntos para ganar el primer partido, tendremos un problema serio. Confío en que son gente responsable. Confío...