La crisis institucional -que ha derivado en social- que vive el Valencia CF tiene un origen claro. El club, por lo que sea con motivos o sin motivos y con razón o sin razón, decidió terminar con un proyecto que se demostró ganador. Cesó a Marcelino, a Pablo Longoria y dejó en el limbo a Mateu Alemany, que está en Palma Mallorca desde la semana pasada y contemplaba como posibilidad no regresar a València. Su salida del club es inminente. Y si el proyecto que ya no existe se demostró ganador fue porque al frente había profesionales. Y no, no tengo intención de seguir chapoteando en el pasado, al contrario, trato de asumir que el pasado ha pasado y por él nada hay que hacer para centrarme en el presente que va a definir el futuro.

Con la salida de Mateu asistiremos al desmantelamiento definitivo del proyecto que por otra parte supondrá el primer paso del proyecto nuevo, y ahí es donde creo que hay que poner el acento. ¿Qué plan tiene el Valencia CF? Dice Anil Murthy en la autoentrevista oficial que ha emitido el club que ve al equipo bien, a dos puntos del cuarto puesto y con opciones intactas de clasificarse en Champions y no lo negaré, pero cuanto antes le den compañeros de viaje a Celades, mejor. El entrenador está demasiado solo y necesita interlocutores deportivos en el club. Llámalo estructura. Y llegados a este punto, he de confesar que estoy preocupado. Será el susto, será que soy mal pensado o será que la historia reciente de Meriton me obliga a ello, pero me preocupa bajo qué criterios se van a elegir a los profesionales que han de tomar las decisiones deportivas de ahora en adelante.

Sea quien sea el elegido -Luis Fernández, Pepe Fernández, o Eugenia Fernández-, espero que le dejen elegir a sus personas de confianza. Me da pánico pensar que Lim quiere meter a un amigo suyo, -en este caso Luis Fernández pero recordemos que ya impuso Phil Neville como segundo a Nuno-, en la Academia o como asesor de lo que sea, y después elegir un director deportivo. Si ese es el modelo, si el que venga tiene que aceptar que haya una persona en un cargo con cierta importancia elegido por el dueño por cuestiones de amistad, difícilmente venga alguien profesional, con ganas de crecer y hacer un proyecto bonito. El que venga aceptando estas condiciones no tiene hambre de gloria. No digo que venga a robar, que quede claro, digo que viene a verlas venir. Elijan a quien elijan, que le den poder, le permitan tener gente de confianza y por encima solo a Peter Lim.

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