La imagen del partido no es Parejo retando al dios del fútbol lanzando un penalti a lo Panenka después de cometer un error innecesario que se convirtió en el 0-1 y por el que todo el estadio le estaba mirando. Tampoco es Gayà peleando hasta el final un balón que fruto de la fortuna -la misma que tuvo el Lille en el rebote de su gol- termina dentro de la portería. Ni siquiera es el golazo de Kondogbia o el de Ferran, que corona al de Foios como el mejor del partido. La imagen que resume en estos momentos al Valencia CF y pidiendo que apretaran y empinaran, como solo saben hacer ellos, el terreno de juego para los franceses. Ya saben a qué me refiero, al rugido de Mestalla que acobarda rivales. Háganme caso que lo he hablado con algún futbolista que lo ha sufrido en su contra, y el grito de Mestalla atrona y apoca a los futbolistas que lo sufren. Y el campo se pone cuesta arriba.

Antes del partido Gayà habló por boca del vestuario y si pidió el apoyo de la grada más allá de las discrepancias que cada uno pueda tener con los dirigentes, es porque lo necesitan. No crean que fue algo cocinado por el gabinete de prensa del club, se cocinó en el vestuario porque los jugadores saben que con el aliento de su gente detrás, son más poderosos, y sobre todo, saben que les pasa factura la bronca, aunque sea para el presidente y se la merezca. Les ha costado dar el paso porque saben que señalan al club, pero les ha dado igual, quieren pelear por seguir en la Champions. Por eso, cuando se vieron ganadores, cuando vieron que su rival podía empequeñecer ante el rugido de Mestalla, invocaron a su gente y como dice el Forneret, surgió ese "rugido que no admite réplica, que asombra por su contundencia. Es un rugido de varias generaciones. Vertical, bronco, incontenible cuando se desborda». Tampoco crean que es casual el apoyo que recibió Kondgobia por parte de sus compañeros cuando marcó el golazo. A Geoffrey no le han salido bien las cosas y lo ha pasado mal. Se ha sabido señalado y empieza a salir del túnel. De él, tendremos un jugador mejor, porque aquel que supera la prueba de Mestalla, la prueba de quien se siente señalado, demuestra que puede jugar en este equipo. Bienvenido de nuevo Geoffrey, aquí uno que se llegó a desesperar de tanto esperarte, pero ya se sabe lo que dicen, que nunca es tarde.

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