Hoy me apetece seguir reflexionando sobre el hecho de tener en tu plantilla futbolistas criados en casa. No es ninguna novedad, pero tampoco viene mal echar la vista a atrás y recordar determinados conceptos teniendo en cuenta lo que hay en el horizonte más cercano. Lo primero que hay que decir que este equipo es campeón de Copa del Rey y que la ganó jugando ante el FC Barcelona. Y resulta que el Valencia CF, al que todos queremos mucho y del que nos encanta decir que es «el millor equipo del món», solo tiene ocho Copas del Rey. Digo esto para que pongamos en valor lo que hizo el Valencia CF la temporada pasada, porque es lo mismo que hizo hace, por ejemplo cincuenta años, pero sucede que el paso del tiempo le da otra dimensión a las hazañas hasta transformarlas en pura épica.

Dicho de otra manera, dentro de 50 años cuando alguien escriba la historia de los 150 años del club se hablará de la Copa del Centenario que el Valencia CF de Marcelino -le pese a quien le pese- ganó al Barça de Messi. Sigamos. La última vez que el Valencia ganó un título fue con Koeman de entrenador en la famosa temporada en que el holandés apartó del equipo a Angulo, Cañizares y Albelda. Pues bien, ¿en estos años sin ganar nada cuántas veces hemos dicho que al equipo le faltaba espíritu o alma o algo similar? ¿Cuántas veces no nos hemos sentido representados por el equipo? Para ganar títulos tienes que tener buenos futbolistas y un buen entrenador -lo de Koeman puede hasta ser la excepción que confirma la norma- pero es preciso algo más, y es aquello que he bautizado, no sin demasiada originalidad, como sentimiento de pertenencia. Pues bien, dado que tenemos a futbolistas como Jaume, Gayà y Soler que son el alma de un equipo campeón y garantizan que el sentimiento de pertenencia pase de generación en generación a Ferra y Kang in Lee, y puesto que tenemos futbolistas como Parejo que se dejan la piel contra el Villarreal y son el ejemplo del camino a seguir para todo aquel que aspire a ponerse esa camiseta, que se note también en partidos como el que toca jugar ante el Levante UD.

Precisamente el equipo granota ha sustanciado su superioridad en los derbis en el Ciutat en que para ellos, no es un partido cualquiera. Y hacen bien. El Valencia CF campeón de Copa y con alma de jugadores criados en casa, tiene que salir al Ciutat a darlo todo, le tiene que doler perder contra el vecino, como les duele a los valencianistas cada vez que no se ha ganado allí. Eso tiene que cambiar.

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