La suerte influyó y no poco en la victoria del Valencia CF. Si en vez de mandarla al larguero Fekir la enchufa, creo que el equipo de Celades no habría remontado pero el fútbol tiene estas cosas. En Milán con 1-0 fue Ferran Torres quien la tiró al palo. También es suerte que te toque el Betis enfrente y no la Real Sociedad. El Valencia CF que se presentó a jugar ante el Betis era un equipo conjurado pero enfermo. Bastante enfermo. De hecho, que los futbolistas se hayan conjurado durante la semana es la prueba evidente de que el equipo estaba 'mírame y no me toques'. Y cuando estás así además de conjurarte y hacer todo lo que puedas, para ganar tienes que tener algo de suerte. El Valencia CF la ha buscado durante toda la semana y durante el partido, y la ha encontrado. Si estás en crisis de juego y resultados y tienes mala suerte lo normal es que pierdas. No hay que darle muchas vueltas porque el Valencia CF hizo lo que tenía que hacer, ganar. Nada era más importante en este partido que lograr los tres puntos. Ahora, el equipo tiene que quitarse estrés de encima, saber que solo se sale de esta dando pequeños pasos adelante, seguir centrado -ayer los futbolistas salieron muy metidos y concentrados- y pensar en el partido ante el Alavés. Desde la victoria es más fácil corregir lo que se hace mal, y sobre todo, cuando ganas además de puntos sumas confianza y autoestima, que es lo último que tiene que perder un equipo.

Por eso del partido me quedo con dos futbolistas, Paulista y Gayà. La cosa estaba muy fea y los dos han dado un paso adelante. El equipo necesitaba tirar de garra y espíritu y ellos son los más contagiosos en ese sentido. El gol de Parejo fue espectacular, una maniobra alcance de pocos, pero fueron ellos los que se pusieron al frente del pelotón en la subida del Tourmalet. Parejo es otra cosa, no digo que se esconda porque la pide siempre y eso se ha de aplaudir, pero su manera de ponerse al frente del pelotón es otra. Parece triste. En cuanto a nombres propios, dos más. Lo mejor que se puede decir de Guedes es que quiere volver, y eso es mucho decir cuando todos lo hemos dudado. Es importante también que se dejara en casa algunos gestos que, por ejemplo ante la Atalanta, precisamente eran el germen de esas dudas. Ya no se trata de recuperar al mejor Guedes porque tal y como está el equipo, a poco que se ponga a tono y meta toda la intención, le va a venir muy bien a Celades porque sobre él hay una cosa que no se puede dudar, es un excelente futbolista y los rivales le temen porque saben que es desequilibrante. El 1-0 es un golazo de Gameiro, pero de él me gusta una cosa, cuando se da cuenta de que tiene dos futbolistas encima, busca al compañero que está solo. Es pura matemática. Y Gameiro, que parece empeñado en salvar a entrenadores que no confían en él...

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