El secreto está en la cabeza. Salvo debacle en forma de repunte de contagios por el coronavirus, vuelve el fútbol de primera y segunda división. Como otros negocios o como otras 'industrias', el regreso a la actividad es peculiar, diferente, porque la pandemia ha provocado una situación hasta ahora inédita en la historia de la humanidad. Sin querer entrar en el debate de si debe o no debe volver el fútbol, sobre el que ya me he pronunciado a menudo, hoy opto por tratar de analizar cómo será el regreso de los equipos desde el punto de vista meramente futbolístico.

Lo dicho, ante una situación históricamente atípica, soluciones atípicas. De momento los equipos han vuelto a entrenar en previsión de que a mediados de junio regrese la competición. Es un regreso al trabajo escalonado, primero con entrenamientos individuales de los futbolistas, luego poco a poco los equipos podrán trabajar en grupo.

Desde el punto de vista físico, más allá de casos puntuales, para cuando vuelva la Liga los jugadores estarán aptos para jugar aunque es evidente que no de una forma ideal. Es imposible. Pero sea como sea, todos los equipos tienen que trabajar bajo los mismos parámetros, los mismos problemas, por lo tanto, eso iguala la competición. Cierto que en las primeras semanas -no de entrenamientos, si no de partidos- puede haber problemas físicos en forma de lesiones que presumiblemente afecten más a los jugadores explosivosvque necesiten continuos cambios de ritmo, al contrario, a los que son más trotones en el centro del campo, más 'diesel'. Por otra parte, este biotipo de futbolista necesita más tiempo para coger la forma. En este sentido, la posibilidad de hacer cinco cambios será una herramienta que los entrenadores han de saber gestionar y presumo que puedan ser los jugadores explosivos los más 'sustituidos'.

Donde creo que puede haber más problemas es en lo colectivo. Me refiero en que los equipos vuelvan a tener la idea colectiva de EQUIPO que tenían cuando se paró todo, una idea que llevaban trabajando durante meses. Sí, sé que el chiste es fácil, la idea colectiva del Valencia CF de Celades cuando se paró todo dejaba mucho que desear y ahí están los goles en contra para refrendarlo, aunque esto hasta puede ser bueno, porque cuando vuelva la competición, de nada servirá el pasado reciente de los equipos. Eso quedó en el limbo.

La clave estará en la cabeza de los jugadores. Lo tengo claro. Esto va a ser cuestión de impactos anímicos. No digo que Celades tenga que dejar de lado la táctica y la preparación física, no soy tan simple, digo que ha de poner especial interés en que sus jugadores vean que esto es una Liga de once partidos, y que ahí no hay medio ni largo plazo que valga, que el concepto 'regularidad' se diluye, y que se han de afrontar como once esfuerzos finales, once impulsos.

Además, confluyen varios aspectos anímicos. Uno el miedo a competir. Es básico, quien tenga miedo al contagio, quien juegue pensando que puede contagiarse, tendrá más difícil llegar a la victoria. Otro es adaptarse a la situación de jugar sin público. La Atalanta arrolló al Valencia CF en Mestalla por los propios errores defensivos del equipo de Celades, pero ese día los jugadores experimentaron lo extraño de tener que jugar a puerta cerrada. Por último, hay una circunstancia importante a tener en cuenta: no habrá partidos amistosos que ayuden a los equipos a coger ritmo competitivo. Por delante viene una Liga de once partidos en la que nada influye lo anterior. Pensemos cuántas veces equipos como el Real Madrid y el Barça han estado en mitad de la tabla en la jornada cinco y han terminado el campeonato en lo alto de la clasificación. Pues bien, ahora no habrá tiempo para corregir eso€ la clave está en la cabeza.

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