Pues a un partido de la nada, a un partido para volver a la casilla de salida y tirar por la borda todo lo conseguido en las dos temporadas anteriores. Esa es la situación del Valencia CF Si no le gana a Osasuna, drama. Fracaso estrepitoso. Y todo como consecuencia de las decisiones tomadas el pasado verano. Prescindir de Marcelino y Mateu y optar por Celades fue un salto al vacío que se resume a la perfección con el momento actual que vive el equipo. Se la juega el domingo. Si por alguna de aquellas pierde contra Osasuna, que puede pasar perfectamente, dirá adiós a la Champions y le tocará pelear y rezar mucho para meterse en Europa League. Casi res porta el diari!

Detrás de ese drama en forma de final se esconde un proyecto irreconocible del que lo más duro que se puede decir es que, ni logrando el objetivo mínimo que es terminar cuarto en la tabla, parece sostenible. Lo diré de otra manera: juguemos a imaginar, o a mucho imaginar, y pensemos que el equipo en un sprint final fuera de toda lógica se mete en Champions. ¿Es motivo para seguir confiando en el proyecto? Cambiaré la pregunta para ser más exacto: ¿Es motivo para seguir confiando en el modelo? El partido de Osasuna es la gran frontera, no ganarlo supone dejar de hablar de si Celades lo hace bien, mal o regular, para hablar de quien cambió el proyecto por un nuevo modelo, que no es otro que Peter Lim. Él tendrá que tomar decisiones y son muchas las que hay por delante. De entrada estaría bien que el aficionado sepa algo sobre las intenciones del dueño con el club. No seré tan osado de decir que a Peter Lim Y eso se puede hacer de muchas formas pero la mejor manera de dar pistas al respecto es tomando decisiones.

De hecho, la última vez que se supo de la intervención de Lim fue el pasado verano. Para bien o para mal, pero el dueño dijo aquí estoy yo. Y eso es lo que necesita ahora el Valencia CF. Lim es el dueño, el pasado verano sin decir nada pero tomando decisiones dejó claro que él es el guía. Pues eso, decisiones. Y al respecto me reafirmo, aunque se diera la casi carambola de que el equipo se mete en Champions cual milagro de los panes y los peces, aún así, el proyecto y el modelo necesitan un golpe de efecto. ¿Estoy diciendo que tomar decisiones es cambiar de entrenador pase lo que pase o cambiar de director deportivo pase lo que pase? Pues no. Celades tiene difícil convencerme aunque metiese el equipo en Champions porque me van otro tipo de entrenadores pero eso ya es una cuestión de gusto personal y de opinión, y ya se sabe que todo tenemos una. Celades tiene difícil convencerme pero puede taparme la boca con resultados, pero su problema es que ha ganado un partido de los últimos diez, su equipo ha encajado 24 goles en esos diez partidos y lleva los mismos tantos en contra que el colista. Son, sin duda, números como para que alguien se plantee su continuidad. El Covid le dio vidilla al detener la competición porque el equipo iba camino del abismo pero ahí parece seguir el hombre, empeñado en ello.

El tema de fondo no es cuestión de Celades ni de si el equipo termina en Champions, en Europa League o en el abismo, lo que digo es que cunde el desapego entre el club y sus aficionados, que es lo peor que le puede pasar al Valencia CF, cuyo gran fuerte siempre fue una afición entregada para lo bueno y para lo malo. Ahora tenemos la casi indiferencia, que es peor que el enfado. El propietario debe decidir si sigue con Anil de presidente, con Celades de entrenador y con César de director deportivo. Eso sería en lo referente al proyecto, pero tal y como está la situación ahora, la figura clave es el director deportivo, y eso tiene más que ver con el modelo. Por ello, la pregunta sustancial es: ¿tendrá el director deportivo poder para tomar decisiones y capacidad de maniobra para ser operativo? Esa es, en esencia, la madre del cordero, más allá del margen de maniobra que le den al director deportivo, a César, el mercado y la economía del club habida cuenta de si está en Champions o no y teniendo en cuenta el impacto financiero del Covid. Si Lim da un nuevo golpe de timón y vuelve a dejar la parcela deportiva en manos de un ejecutivo con mando en plaza, será todo un avance por más que se haya tirado por la borda lo hecho la temporada anterior. Y será un avance porque perfectamente puede no hacerlo y que todo siga en una deriva a ningún lugar, como un barco hacia la nada. En cuanto a los futbolistas, pues eso, que es más fácil cambiar a uno que a 24... Cargamos contra Kang In que se equivoca, pero ¿dónde están los pesos pesados? Rodrigo tiene que meter gol y la tira al palo, Parejo ni está ni se le espera y Guedes parecía más tieso que la mojama... Bueno, y Rodrigo ParejoFerran Los mejores fueron Guillamón y Mangala. Pues que repitan, con permiso de Paulista.

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