Con toda la sinceridad del mundo: no creo en las asambleas y tampoco en las utopías. Creía cuando era joven. Pensaba que todas las letras de Extremoduro o Barricada eran algo más que canciones. Hoy pienso que son eso, canciones que me entretienen. Las disfruto tanto como antes, pero no creo que vayan más lejos. Ellos hacen canciones y conciertos, y yo las escucho si me gustan y voy a verlos en directo cuando mi mujer me deja que es cuando alguna de mis hijas se apunta. Sospecho que me las envía para controlarme, pero esto que quede entre nosotros. En los últimos días, y de manera más que justificada, veo al valencianismo con ganas de unirse para obligar a Peter Lim a que venda sus acciones. Si mañana aparece alguien serio con dinero de verdad y la intención de comprar el Peter LimValencia CF,Y como me conozco, me subiré a la palmera y llevaré la bandera el primero. Si luego me vuelvo a arrepentir es cosa mía. Pero no creo en las utopías... Y me jode. Toda la vida siendo un caballo desbocado que rifó todo a la intuición y al ritmo del corazón para acabar siendo, a mis 'cuarentaydemasiados' tacos, un racionalista que todo lo relativiza y analiza, un tipo que antes de emitir una opinión piensa. ¡Se puede ser más repulsivo! Digo esto porque me gustaría creer que es posible que muchos obliguen a alguien a vender lo que no quiere vender sin llegar a situaciones extremas, pero jamás vendería mi Fender Telecaster a no ser que no tenga más remedio acuciado por la economía.

¡Un aplauso!

Si mañana se reúnen 200, 2.000 o 200.000 valencianistas en la plaza de la Afición, les aplaudiré por varios motivos, primero porque pelean por lo que consideran como una parte de su vida, y segundo porque creen en las utopías. ¡Enhorabuena a todos de corazón! Esa batalla personal la habrán ganado pase lo que pase después, porque se podrán acostar cada noche con la conciencia tranquila, que eso vale más que todo el dinero del mundo. Movilizarse, poner algo en redes sociales, componer una canción o colocar una pancarta por la ciudad o en tu balcón, si se hace de corazón y con toda la buena voluntad del mundo por el bien de tu equipo, se ha de aplaudir siempre. ¡Siempre!

Dicho lo anterior, vuelvo al análisis. Seré directo. Será interesante saber qué pasaría el día después. Iniciativas que ya partan pensando que yo tenía razón no irán a ningún sitio si en algún momento del supuesto proceso alguno saca la patita para recordar el pasado. Y todavía hay quien no solo no lo ha olvidado, si no que se empeña en recordarlo y ponerlo sobre la mesa constantemente. Francamente, no me parece la mejor manera de querer unir al valencianismo por una causa tan noble como es mirar por el bien del club. Un buen punto de partida sería que ya no se trata de tener razón. Querer tener razón siempre es un muy cansado y desgasta una barbaridad. Además, no se pude tener la razón siempre. Es hasta aburrido.

Es mucho dinero

Dice el Forneret que el motor que debe mover tal movimiento ha de ser el de la generosidad, y tiene razón, pero el problema es que yo también la tengo, y francamente, me gustaría creer firmemente que me equivoco. Pensar que se puede generar un movimiento espontáneo para que Lim venda a un colectivo del que solo sabemos que lo forman valencianistas anónimos y que la energía que lo lleve a adelante -teniendo en cuenta que estamos hablando de astronómicas cantidades de dinero- sea la generosidad, es mucho más utópico que aquello de Ama y Ensancha el Alma que canta el Robe. Y me temo que el Forneret lo sabe mejor que yo porque conoce la historia del Valencia CF mejor que yo. Repito el concepto: ¿comprar el Valencia CF cuesta muchos millones de euros y pensamos que todo lo va a guiar la generosidad? PD: No trato de convencer a nadie, solo doy mi opinión. Ojalá me equivoque. Ah, y si hay que poner dinero, yo pondré arreglo a las acciones que tengo, pero me gustaría que ficharan a.... (ponga cada uno su futbolista favorito).

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