Pocas veces recuerdo a un futbolista que haya que tenido que luchar con tanto ahínco contra tantas circunstancias y opiniones para ganarse el puesto en el primer equipo como Hugo Guillamón, y pocas veces he visto a un futbolista llegado al Valencia CF desde el filial empeñarse como él en superar un obstáculo tras otro. La tenacidad de Hugo es digna de elogio porque detrás de ella tiene esconderse, por narices, una personalidad como pocas. Su primera parte en Vitoria fue floja por no decir muy floja, pero prefiero quedarme con que se rehizo en la segunda hasta redondear su actuación con el gol del empate. No sé si calificarlo de anecdótico porque en definitiva pocos más marcará habida cuenta de que es un central, pero que el Dios del fútbol premie a este jugador con un gol que permita que se ponga más el acento en su capacidad para superar un mal momento, que en una mala actuación, tiene que ser por algo.

Cuando de nuevo nadie o muy pocos, daban un duro por él, salió en la segunda parte y volvió a desafiar a las leyes de los expertos, dicho sin ánimo de ser ventajista. En el fútbol de elite hay pocos caprichos y casualidades, y sobre todo hay una realidad que manda por encima d todo y no es otra que el balón: te ponen y juegas bien o juegas mal. Es como el ciclista, la carretera se empina y la subes o no la subes; no hay otra verdad. Recuerdo como un veterano representante le dijo delante de mí a un portero que ahora cotiza a la alza en la Premier, «estate tranquilo y sigue trabajando, que a ti de momento los que te han chutado son de segunda b, a ti todavía no te han chutado los de primera». Pues eso.

No diré nombres porque no es elegante, pero son muchas las personas del mundo del fútbol y todas ellas respetadas por serias y válidas en su trabajo, que no confiaban nada en Guillamón y ahora admiten que estaban equivocados. Directores deportivos, ojeadores, representantes... Por no hablar de periodistas, sin ir más lejos el que suscribe. Sobre Hugo siempre pesó el estigma de que no es lo suficientemente alto para ser central y que además es blandito, y todo eso es verdad, pero resulta que en un mundo de los superatletas hacia el que se dirige parece que inexorablemente el fútbol, aparece él, bajito y blandito de toda la vida, y juega bien porque con calidad e inteligencia logra controlar el juego y así suplir las carencias físicas.Con esto no digo que vaya a ser un central TOP, digo que ha tenido la oportunidad en forma de lesión de dos compañeros, y la ha aprovechado. Y eso tiene que valer a no ser que los lesionados sean Pique, Ramos o Virgil van Dijk ¿Merece Guillamón salir del equipo cuando vuelva Diakhaby? ¿Acaso Diakhaby, Mangala o Paulista no han cometido alguna vez errores de bulto con la camiseta del Valencia CF? Pues eso.

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