Desde hace semanas por la ciudad de València circulan las informaciones de que un grupo de empresarios valencianos trata de conseguir dinero con el que hacerle una oferta a Peter Lim por el 86% de sus acciones del Valencia CF. Nada que objetar. La intención es lícita. Yo lo haría pero no me llegan los posibles. Repito que las intenciones son lícitas y hasta se ha de aplaudir que alguien esté dispuesto a jugarse su dinero, o al menos su crédito en la sociedad civil valenciana, con el firme y digno propósito de ayudar al Valencia CF.

No abundan las sanas intenciones cuando de lo que se trata es de operaciones de tal calibre pero no estoy en condiciones de afirmar que en este caso no lo sean y por lo tanto me limito a decir que en su derecho están. Como lo está Manuel Llorente que hace un tiempo se reunió con el presidente del Valencia CF, Anil Murthy, para tantear la posibilidad de comprarle las acciones a Lim y supo de primera mano que hoy no es posible porque no están en venta. Veremos el futuro qué dice, pero hoy no están en venta. Los tales empresarios buscan el dinero en un fondo de inversión americano y otra cosa es el debate de si un fondo de inversión, que se dedica a invertir para sacar beneficio a quienes aportan el capital, tendrá la paciencia de invertir por ejemplo 240 millones de euros y esperar a que los beneficios, si los hay, lleguen a medio plazo. Si de lo que se trata es de hacer negocio con las parcelas de Mestalla y la reanudación de las obras, lícito también, tal vez sea más fácil comprar directamente las parcelas, pero eso es solo una idea que ronda mi cabeza.

Yo no sé nada

El caso es que quien se supone iba a ser el presidente del Valencia CF después de que los empresarios valencianos se lo comprasen a Peter Lim con dinero de un fondo de inversión americano se ha descolgado en un comunicado diciendo que de eso nada, que yo me dedico a mis negocios y soy muy del Valencia CF pero no tengo interés alguno en comprar acciones de la entidad de Mestalla. Se llama Enrique Lucas Romaní. Y parece ser que el hombre anda enfadado porque siente que han utilizado su nombre. Ahí no me meto, es cosa suya.

Roberto Saviano

Una vez hice la metáfora de Roberto Saviano y el narcotráfico de ETA con cocaína para explicar el asunto de que Peter Lim no quiere vender el Valencia CF y la hago de nuevo. Dice Saviano, que es un periodista y escritor italiano que vive casi en la clandestinidad por denunciar sin miedo a la mafia italiana, que él tenía la certeza de que ETA traficaba con cocaína para conseguir financiación, que se lo dijo al entonces ministro del interior del estado español, pero que notó que no le quisieron hacer caso. «He intuido que España no quería escucharme cuando conté que ETA traficaba con cocaína. ‘ETA no trafica con drogas’ me dijo Rubalcaba, el ministro del interior», le contó Saviano a Jordi Évole en una entrevista. ¿Por qué? Porque el origen del problema de ETA en España es político, pero como no son demócratas, lo querían solucionar asesinando y secuestrando ciudadanos para conseguir por la fuerza lo que no querían pelear en las urnas. Puedes estar de acuerdo o no, pero un estado puede intentar negociar con una banda terrorista para que deje de matar o secuestrar por diferencias políticas, pero bajo ningún concepto un estado puede negociar con una banda de narcotraficantes.

Poco después me enseñó David Montesinos que nos encontrábamos ante un ejemplo más de lo que Aristóteles llamó la falacia del ‘baculum’, que viene a ser algo así como que la realidad es tan fea y me gusta tan poco, que me niego a aceptarla y acabo por no aceptarla. Y eso es lo que creo que sucede con Peter Lim, no aceptamos la certeza de que no quiera vender el Valencia CF porque es demasiado fea. ¡Tiene que haber una alternativa por narices! Y pasa que terminamos confundiendo las ganas que todos tenemos de que Lim venda sus acciones con la realidad. Movimientos como los de estos empresarios los ha habido siempre en València y afortunadamente los seguirá habiendo porque el Valencia CF es la institución civil más importante de la Comunidad Valenciana, por eso convendría cuando de su venta se trata, no poner en negro sobre blanco lo primero que se diga en una comida de viejos enemigos íntimos.

PD: empresarios valencianos, no hagan caso de Aristóteles, sigan intentándolo. Cualquier día puede ser SÍ.

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