Son ya varios partidos. Veo la cara de Gayà y tomo conciencia de la situación real. El capitán te da el contexto necesario. Es la cara del sufrimiento de un colectivo de futbolistas que siente el peso de la responsabilidad sobre sus hombros y sobre todo, que se siente solo. Es duro esto, pero es real. El entrenador dimitió de facto a principios del pasado mes de octubre pero no le aceptaron la dimisión y él no quiso pagar lo que costaba romper su contrato. Desde entonces lleva 'dimitido', o mejor dicho, ausente y en otro planeta. Y eso lo saben mejor que nadie unos futbolistas que antes de que presentara la dimisión le dijeron que no lo hiciera.

Uno tiene que ser muy líder y tener mucho bagaje como por ejemplo Guardiola, Ancelotti o Zidane, para después de ese episodio tener la capacidad de volver a controlar el vestuario y sobre todo, mantener el control en el medio plazo cuando los resultados no llegan. Gracia no es el líder del equipo. Ahí está el peligro y de ahí la importancia del partido ante el Alavés. Y solos se saben también ante un club cuya gestión ha llevado al equipo a la deriva y sobre todo lo ha llevado a la situación actual. Son Peter Lim y Anil Murthy quienes eligieron a Gracia, quienes no le aceptaron la dimisión y le pidieron pasta si quería marcharse y quienes lo mantienen. Es importante el matiz de que le pidieron pasta a Gracia para marcharse porque está interpretado desde el punto de vista del jugador. El entrenador se quiere ir, le piden pasta para irse, estamos con el agua al cuello por culpa de ellos -club y técnico- y somos nosotros ahora los que tienen el marrón. Repito, peligro. En esta situación, o tienes futbolistas responsables o te puedes precipitar al abismo.

El fracaso de la temporada del Valencia CF, que lamentablemente todavía puedo serlo más, tiene muchos padres, eso es evidente. Peter Lim y Anil Murthy están en la cúspide de la pirámide de culpables. Ellos decidieron la planificación y eligieron y mantienen al entrenador. Y luego Javi Gracia, que con engaño incluido, no ha tenido ni la personalidad ni el contexto suficiente para adaptarse a la situación. Tal vez el navarro sea buen entrenador para un tren que está en los railes, pero es incapaz de enderezar una dinámica. Le falta liderazgo y le sobra victimismo. No ha puesto el pecho con vigor ni una sola vez. Y los jugadores claro. Ellos juegan. Pero son los que más veces han puesto el pecho. De todos, son los que menos responsabilidad tienen porque han visto demasiadas barbaridades a su alrededor como para haberse tirado hace tiempo 'la manta al coll'. Vuelvo a Gayà. Sé que lo está pasando mal porque le duele el Valencia CF, y esa es la mejor noticia. Se levantará de nuevo y los levantará a todos. Tengo cero dudas y mucha fe en el capitán.

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