850 KM POR LA DIABETES CERO | Carlos Ruiz Triatleta y corredor de ultratrail

"¡¿Cómo vas a venir de Candanchu, animal?!"

El atleta de Foios que ha cruzado los Pirineos desvela la aventura y el último reto... llegar a los 5000 euros en donaciones

Carlos Ruiz

Carlos Ruiz / @cra_llume

Pascu Calabuig

Pascu Calabuig

El 11 de septiembre, la familia y los amigos de Carlos Ruiz lo recibieron en Foios entre tracas y abrazos. La aventura de haber cruzado los Pirineos en 18 días con un fin solidario no era para menos. Durante la "durísima travesía" de 850 kilómetros las donaciones promovidas por el ultraatleta valenciano alcanzaron los 4000 euros. Ahora el último de los retos concluirá a las 23:59 horas del viernes y consiste en alcanzar los 5000 euros en favor de la Fundación DiabetesCero, cantidad que íntegramente se destinará a inversión en investigación contra la enfermedad

A pocas horas de que la cuenta atrás de las donaciones se apague, SUPER ha charlado con Carlos sobre la aventura que vivió desde el Cabo de Higuer, en el mar Cantábrico, al de Creus en el Mediterráneo. Una "preciosa locura" en la que compartió con la naturaleza, los animales y los habitantes del Pirineo.

Carlos Ruiz muestra la bandera de su reto transpirenaico

Carlos Ruiz muestra la bandera de su reto transpirenaico / @cra_llume

Enhorabuena, Carlos. Ahora que ha pasado el tiempo, cuenta cómo se te ocurrió hacer la Transpirenaica.

La idea nació en 'Youtube'. Un día estuve trasteando, viendo vídeos, y me topé con un documental de la Transpirenaica desde Donosti... A partir de ahí, empecé a ver muchos más vídeos, y me puse en contacto con el chico había hecho el documental para que me explicase cómo afrontarla.

¿Y quién es ese chico?

Bueno, él se llama Íñigo. La verdad es que ha surgido una muy buena amistad, nos llevamos muy bien. Es un senderista que hizo el documental, es una pasada de documental. Yo me enamoré así de una ruta que no conocía.

¿Cómo nació el vínculo de la Transpirenaica y la Fundación DiabetesCero?

La historia se enlazó porque el año pasado ya colaboré con ellos en el Camino de Santiago. ¡Hemos repetido! Nació porque yo quería hacer algo, quería hacer el Camino con un fin solidario y mediante un amigo me puse en contacto con la Fundación DiabetesCero. Yo, además, tengo amigos diabéticos, así que pudimos juntarlo todo y colaborar.

¿Cuál fue el camino a Santiago que tomaste en su día?

Desde Bayona, en Francia, a Finisterre. Un total de 1036 kilómetros corriendo en 18 días.

Si comparamos los dos retos, Bayona-Finisterre y la Transpirenaica, ¿Cuál ha costado más?

El Camino sumé más kilómetros, pero la Transpirenaica -se ríe antes de continuar- ha sido más dura.

¿Por qué?

¡El desnivel ha sido brutal! Sumé más de 42 000 metros de desnivel positivo en 18 días. ¡Uf! La medía salía a 2700 al día. Días de 2400, pero otros de 4000 como, por ejemplo, cuando subí Monte Perdido. El terreno es muy técnico en el momento en el que uno se adentra en el Pirineo central puro y duro, avanzar en cotas altas se hace muy lento y cuesta muchas horas. Los dos retos fueron difíciles, porque en el Camino tuve una pequeña lesión y estuve fastidiado unos cuantos días, pero en cuanto a dureza la travesía transpirenaica es más dura.

¿Entre 850 km qué momento o, mejor dicho, qué paisaje se te ha quedado grabado?

Se lo he contado a varios amigos, el día que subí al refugio de Goriz, a Monte Perdido... hacer la pradera de Ordesa. Este es un sitio mítico, de los más típicos de la Transpirenaica... El poder hacerlo amaneciendo, completamente solo, cuando se trata de un lugar superturístico, rodeado de ciervos, que se iban apartando, de otros animales, el sonido del amanecer, los pájaros, etc. ¡Fue un momentazo brutal! ¡El más impactante!

¿Y por tus propias condiciones, cuál fue ese momento en el que la travesía se hizo un infierno?

Sin duda, el que tuve la gastroenteritis. Me levanté al día siguiente muerto, casi ni pude. Al final queda como uno de los que más orgulloso me dejo de toda la Trans, por el hecho de completar 32 km con 2000 metros de desnivel positivo, sin comida, en muchísimas horas... 

¿Llegaste a pensar en arrojar la toalla y pedir un taxi que te recogiera y llevara a casa?

Me lo planteé: 'Está la opción de coger un taxi, me siento mal, paso de la etapa y digo, mira, señores, estoy malo'. Cuando se tiene gastroenteritis durante 24 horas no puedes ni moverte en el sofá. Pero, por otro lado, pensé que si abandonaba me lo iba a estar recordando toda mi vida que no acabé la Transpirenaica. Lo tenía claro, me dije: 'Tienes que probar, intenta hacer 5 km, si puedes 5 km más, y así hasta llegar al refugio de Malniu... Mi objetivo ese día fue quitarme del medio Andorra, ya que la comunicación con la familia era mucho más costosa. Quería alcanzar la parte de España, perder los menos kilómetros posibles, que al día siguiente tocó recuperarlos.

Por lo menos, hubo una buena sorpresa en la llegada...

Sí, mi amigo Rafa. Vino cuando yo más fastidiado estaba, cruzándose todo el país, desde Foios para sorprenderme en el monasterio de Nuria a las ocho de la tarde. Fue un momento muy bonito.

La sorprendente visita de su amigo Rafa en Nuria

La sorprendente visita de su amigo Rafa en Nuria / @cra_llume

Ya no el cuerpo, sino la naturaleza. ¿Dónde el terreno lo puso más difícil desde un lado a otro del Pirineo?

La subida a Monte Perdido. Es uno de los picos más altos, tiene zonas que son muy pesadas. No es excesivamente técnico, pero es una 'pedrera' que pegas un paso y retrocedes tres. Y la dificultad es que hay zonas parecidas a lo largo de bastantes etapas con esas subidas a los collados, los pasos entre valles, que cuestan una barbaridad porque están llenos de piedras... Ahí hacer dos kilómetros cuesta una hora, y lo peor es que sabes que al otro lado no te espera una senda para correr fácil.

¿Cómo ha sido el contacto con la gente con las que te has cruzado?

Ha sido gracioso. Yo iba con una bandera con el recorrido y el reto 'Diabetes 0', muchos preguntaban, hablas, intentas que la gente colabore. En los refugios te decían: '¿De dónde vienes hoy?' '¡¿Cómo vas a venir de Candanchu, animal?! La gente lo flipa. A un vecino se lo cuentas y se queda igual, pero los que conocen de verdad los lugares te preguntan sorprendidos: '¿En serio, estás haciendo esto en 18 días?' Se cogen de la cabeza. 

¿Y con los animales, qué tal?

Me crucé con ciervos, vacas, ovejas y... ¡un par de jabalíes! Me asusté un poco más con ellos. No ha habido ningún percance con nadie -sonríe-.

¿Qué tal marchan las donaciones?

Quedan como unos 300 euros, pero contando que un amigo tiene que poner 189 euros... Ese amigo es Íñigo, que me prometió que donaría en euros las horas invertidas en las 18 etapas. Así que tuve hacer la suma. Él me ha ayudado mucho con el recorrido, cuadrando las etapas, variantes, etc.

¿Hay un próximo reto rondando por tu cabeza?

No tengo ninguno. El verano que viene va a ser de descansar y no hacer ninguna barbaridad de estas... Son meses enteros de preparación, yo gasto mis vacaciones en esto, ahora necesito un poco de relax e irme a la playa como hacen todos. Lo que sí haré serán carreras más cortas. Yo soy triatleta, al menos, hago uno al año, aunque mis pruebas más habituales son las carreras de larga distancia en la montaña. 

Carlos Ruiz anima a los jóvenes a "unir deporte y solidaridad". "No hay nada mejor", dice. El link donde pueden hacerse donaciones para la investigación contra la diabetes es el siguiente: www.migranodearena.org/reto/transpirenaica-por-la-diabetes