Un jugador que pasa seis meses lesionado, necesita otros seis „desde el momento que vuelve a competir„ para recuperar el nivel futbolístico que mostró antes de la lesión. Puede que esta previsión no tenga una base científica sólida, pero cuando Santi Cañizares insiste en el valor de este cálculo en sus intervenciones será porque alguna validez tiene. El exportero-ídolo-analista pide tiempo y paciencia en un contexto donde a los futbolistas se les obliga a recuperarse a la carrera, cuanto antes mejor, sin conceder más importancia a su reparación total. Cañizares repitió el argumento varias veces con Banega en el Plus. «Ocho meses lesionado son ocho meses para recuperarse», solía insistir. El primer gran partido de Éver después de aquella fractura en la gasolinera fue en abril ante el Espanyol, unos seis meses después de su reaparición.

La cuestión ahora es cuánto tiempo necesita Sergio Canales. Después de romperse el ligamento cruzado de la rodilla derecha dos veces de forma casi consecutiva y de superar un serial de lesiones musculares en la recta final de la temporada pasada...Echen cuentas. Se rompió en su debut en el Europeo Sub´21 ante Rusia (6 de junio) y reapareció en el Tofreo Naranja ante Olympiacos, el 11 de agosto. Según la norma de Cañizares, Canales debería empezar a burbujear justo ahora. Todo eso, sin tener en cuenta que no tiene continuidad desde aquel fatídico partido en Mestalla ante el Athletic de octubre de 2011. El último contratiempo le dejó, otra vez, sin pretemporada, una fase de puesta punto esencial que no disfruta „entre torneos juveniles con la selección española y demás„ desde hace mucho tiempo. Por eso, cuando el jugador pide cuatro o cinco partidos seguidos para coger chispa y ritmo parece absolutamente justo ofrecerle un voto de confianza. Todavía tiene 22 años, el talento y las condiciones para convertirse en líder de este Valencia. Si la salud le respeta, pocos futbolistas de su generación hay con su categoría. Pocos nombres han sido capaces de ilusionar tanto a Mestalla con tan poco. Algo tiene. Y es la genética del jugón. Así que un poquito de paciencia. Es cuestión de enchufarlo.

No es el único futbolista en esta situación en plantilla. El caso de Oriol Romeu es parecido, aunque no igual. El catalán se lesionó de gravedad la rodilla en diciembre y también necesita tiempo, confianza y partidos. Llegará su momento. Esto acaba de arrancar y queda mucho, para bajarse de según que barcos es pronto.