Ciclismo
Van der Poel gana la Milán-San Remo 62 años después de su abuelo Poulidor
El ciclista neerlandés contraataca en la cima del Poggio tras seguir con Ganna y Van Aert a Pogacar que hizo añicos al pelotón.
Sergi López-Egea
Entre cuatro bestias humanas, cuatro salvajes, cuatro desalmados, cuatro portentos, solo podía ganar el más listo de la clase y el que se lanzase por el Poggio sin tocar el freno, sin mirar hacia atrás, apurando en las curvas, despierto, tenaz, sin misericordia para conseguir una victoria nada menos que a la memoria y en honor de un abuelo llamado Raymond Poulidor, un grande entre los grandes en la historia del ciclismo, que se llevó la misma victoria que su nieto Mathieu van der Poel por allá 1961.
Van der Poel es increíble, como su eterno enemigo, Wout van Aert, el que se encuentra en todas partes, el que derrotó en el Mundial de ciclocrós, con tierra y ruedas un poco más anchas, y el que se lanza a su caza y captura en una bajada donde está prohibido tomárselo con calma. Van Aert no puede y acaba tercero por detrás de Filippo Ganna, el gigante de los cuatro, y el que ahorra fuerzas cuando Van der Poel ya es un ciclista inalcanzable y hay que conformarse con la segunda plaza; el primero de los perdedores.
Pero las miradas están puestas en el cuarto hombre, el que lo destroza todo subiendo el Poggio como si fuera una pista llana, como un animal desbocado pedaleando sobre una bici. Tadej Pogacar se quedó sin poder conseguir una victoria en un año donde hasta ahora lo había ganado todo. Porque para triunfar en la 'classicissima' no vale solo ser el número uno del mundo, el que apunta hacia el Tour, el que gana en todas partes con montañas mucho más duras y extremas que el Poggio de San Remo. Es Pogacar el que hace añicos al pelotón pero no el suficiente daño para eliminar a Van der Poel, a Ganna y a Van Aert. Y es Pogacar el que no puede contraatacar el ataque final de Van der Poel justo cuando se corona el Poggio y en el lugar donde si se hace un hueco, si se logran unos metros y no hay pánico en la bajada solo la victoria espera al más calculador para vencer en el recuerdo de su abuelo.
De Poulidor solo hay imágenes en blanco y negro. De Poulidor solo se recuerda, a veces injustamente, que fue un segundón porque nunca ganó el Tour y porque tuvo la desgracia de cruzarse primero con Jacques Anquetil y luego con Eddy Merckx. Pero, 'Pou-Pou', como lo llamaron los franceses también ganaba carreras como la Milan-San Remo, la París-Niza, el Dauphiné y hasta la Vuelta a España de 1964, mucho antes de que naciese su nieto y sin que la vida le diese el privilegio de verlo vestido con el jersey amarillo del Tour que él no pudo llevar, ni por supuesto las lágrimas de emoción de Van der Poel en el Tour o en la Milán-San Remo. Poulidor murió en 2019 antes de que su nieto Mathieu continuase creciendo como una de las grandes figuras del cicismo actual.
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