Feliz 2012 querido lector de Superdeporte. Le expresaba ayer mismo a Joan Carles Martí mi deseo para este año que comienza: Ojalá cantemos el alirón. No transcribiré su irónica respuesta pero nuestro querido director no puede evitar ser tan escéptico al respecto como muchos aficionados valencianistas. Yo, que tengo mucho de optimista antropológico, quiero pensar que es posible. A pesar de Emery, los precedentes de otros años y lo complicado que es pensar en títulos cuando tienes el equipo en plena reconstrucción. El primer paso en la senda de la victoria es siempre creer.

El invierno de 2004

Miren, les voy a contar algo que me vino a la mente esta mañana reflexionando sobre las posibilidades del Valencia de ganar un título esta temporada. Un fin de semana de febrero de 2004, me encontraba en Sevilla en una despedida de soltero y los de Benítez me aguaron la fiesta al perder su partido en casa contra el Barcelona – gol de Gerard – . Se quedaban a siete puntos del Real Madrid, líder por entonces de la competición, y para muchos decían adiós a la lucha por el título. Cómo terminó la historia ya lo sabemos todos pero, ¿cuántos de nosotros realmente creímos ese fin de semana que todavía existían opciones de ganar la liga? El fútbol, esa bella caja de sorpresas.

En el lugar correcto

Aquella liga la ganó el Valencia porque supo estar en el lugar correcto en el momento adecuado. No era el favorito pero supo aprovechar las oportunidades que se generaron como consecuencia de los fallos de los demás. Eso es, al menos, lo que debemos exigirle a los de Emery. Que sepan estar ahí por si surge la oportunidad y los supuestamente favoritos fallan más de la cuenta.

Un regalo envenenado

Para muchos, el torneo en el que el Valencia tiene más posibilidades de rascar algo es la Copa del Rey. El sorteo – ya lo comentaba la pasada semana – ha convertido esta competición en un regalo envenenado. Vamos a tener que dar lo mejor de sí para poder superar eliminatorias y, en fin, a todos nos hace mucha ilusión cantar el alirón – Joan Carles Martí incluido -; pero no vayamos por ello a emborronar la trayectoria del equipo en la Liga, dónde si no haces los deberes no tendrás como premio ese torneo que el club necesita, como el comer, jugar cada temporada: la Champions.

Un club, un modelo

Por cierto, estas Navidades, a falta de fútbol profesional, Torneo Internacional Alevín. Los peques del Valencia quedaron terceros y fueron el único equipo que no encajó un solo gol en toda la competición. Unai, ¿qué pasó? Los chavales rayando la perfección en eso que tan mal se les da a los mayores: echarle el cerrojo a la puerta. Bromas aparte. La buena actuación del equipo alevín sirve para reclamar una vez más que todo el mundo dentro del club reme en una única dirección. La misma filosofía de trabajo para todas las categorías ya. No puede ser que las buenas sensaciones dejadas en el torneo por esos niños no tengan una continuidad en el tiempo porque según van subiendo de categoría van cambiando de métodos de trabajo hasta toparse en el primer equipo con un mister – Sí Emery, ¡sí! – que desprecia a la cantera sistemáticamente con sus decisiones.