Uno soba el balón hasta la desesperación. El otro no. El otro juega al fútbol sacando el cien por cien de su potencial. Uno vive la vida en posición horizontal, pasa que te pasa la bola sin que pase nada. El otro no. El otro es vertical. Dos toques y a poner en apuros a Guaita. Rock duro (el del LUD) contra milonguita argentina (la del Valencia). Y claro, en la competitiva Liga española se impone mucho más el rock cañero y ruidoso que una apacible y sosa milonguita carente de fondo. Así pues, el derbi fue para los viejos roqueros granotas. Con merecimiento... aunque sólo sea por jugar al fútbol como se debe jugar al fútbol.

La posesión

Dominó el Valencia... ¿y qué? El dominio, sin mordiente, sólo sirve para levantar bostezos entre el respetable y para regalar al rival el dominio táctico de la jugada. En el Valencia todo es previsible, rutinario, anodino. Y esa forma de entender los partidos no te conduce a ninguna parte. Es fácil de desactivar. No hay desborde ni velocidad. Y sin desborde ni velocidad se impone el orden táctico del oponente, el Levante en este caso.

Don Obafemi

Dos golitos de Martins han significado seis puntos para los granotas. En asuntos de vanguardia el Levante lleva tiempo aprobando con nota alta. Acertó con Felipao (Caicedo). Acertó con Koné. Y ahora da la impresión de que ha hecho pleno con el nigeriano. Ayer se las bastó él solito para inaugurar el marcador. Luego, sus compañeros, en absoluto agobiados por el fútbol cadencioso del Valencia, se limitaron a gestionar la ventaja con escasos sobresaltos. En el LUD todos tienen claro cuál es su papel. Uno „o dos, sumemos a Juanlu„ es el encargado de hacer los goles... y los hace. Y los otros, todos, tienen como misión mantener su puerta a cero... Y cumplen con creces.

Sin bandas

Guardado tuvo más presencia en la diestra que en su habitual mutis por el foro que acompaña sus intervenciones en la siniestra. Pero no es suficiente. Ni él es un carrilero especialista en carriles ni Viera „a la izquierda„ está dotado para desbordar por velocidad al rival y llegar a la línea de fondo y centrar. Así pues, sin bandas, sólo queda el toque tras toque en el centro para acabar muriendo el balón en las botas de un defensor granota. Escasa oferta para un equipo que aspira a ser el primero de la otra liga.

Un detalle

Pellegrino, ya entrada en carnes la segunda mitad, dio entrada a Valdez por Jonas supongo que con la idea de que los suyos colgaran balones al área buscando tanto a Soldado como al paraguayo. La idea era correcta. La ejecución funesta. Tanto es así, tan carente de centros está este Valencia, que lo primero que sucedió fue que Soldado se escoró por delante de Guardado dejando solo a Valdez en busca del remate. ¿Y? Pues miren, si en tu equipo tienes a todo un goleador internacional con la Roja y acabas utilizándole para poner centros a otro delantero de menos nivel que él... es que algo falla. Y sí, efectivamente el Valencia falla en muchos conceptos propios de principiante.

Productividad

Vuelvo a la escuadra granota. ¿Cómo la veo? Pues repleta de raciocinio y entregada en cuerpo y alma a eso que Don Juan Roig acuñó como productividad. Miren, sus jugadores, los de JIM, pueden ser jóvenes, veteranos, mejor o peor dotados técnicamente, artistas o currantes natos, pero todos, absolutamente todos, producen al cien por cien de su capacidad. Y así, haciendo de la productividad su razón de ser en el fútbol, es como están consiguiendo ser el mejor equipo de la ciudad... que ya es mucho decir a su favor.

Llorente

El presidente del Valencia tiene el asunto económico y social cogido con pinzas. Y vale, eso pasa mucho en el fútbol, pero cuando el balón entra los problemas se relativizan y parecen menos problemas. Ahora bien, cuando el balón no entra, cuando el equipo aburre hasta a las ovejas y el fútbol milonguero se apodera de nuestra pasión, marchitándola, es cuando los problemas se agigantan y la afición tiende a girarse hacia el palco. ¿Qué hacer? Difícil respuesta. Pero algo debe hacer el presidente. Con la impronta actual lo va a pasar de pena en la Junta de noviembre.