El Valencia juega esta tarde en Granada, un clásico de la primera división de antaño que tras desaparecer del mapa durante muchos años ahora ha recuperado su ´status´ entre la élite. Y de Granada, del Granada, llegó al Valencia en mayo de 1976 un futbolista que marcó toda una época y que al igual que le sucede ahora a Albelda contó con admiradores y críticos furibundos durante toda su carrera. Hablo de Angel Castellanos Céspedes, natural de Miguelturra „Ciudad Real„, pero granadino de adopción y de vocación.

Un destructor nato

Castellanos no era un fino estilista. Más bien al contrario. Era un medio centro defensivo bronco y copero „y leñero„ poco dado a las florituras pero terriblemente adelantado a su época en lo que se refiere a orden táctico. Jugaba en un Valencia tan irregular como siempre flanqueado por artistas del cuero de la talla de Javier Subirats, Bonhoff y Daniel Solsona. Castellanos era el encargado de robar el balón. Luego lo cedía a sus compañeros que iniciaban las maniobras de ataque propias de malabaristas. Ángel no era un genio del fútbol... pero era eficaz, terriblemente eficaz.

Querido y odiado

Castellanos tenía a la grada dividida. Unos valoraban su trabajo... otros discutían sus limitaciones técnicas. Tenía un punto parecido al David Albelda actual. O todo o nada. A favor o en contra. O contigo o sin ti. Pero ojo, jugaba, Castellanos jugaba siempre. Con todos los entrenadores que pasaron por el Valencia en esa época „muchísimos„ Castellanos acabó jugando. Y, fundamentalmente, contaba con el apoyo de todo el vestuario. Castellano era un líder natural -y culto, muy culto, sorprendentemente culto para la época- como hoy en día le sucede a Albelda. Ambos destructores, ambos líderes, ambos en el disparadero permanentemente...

Una carta polémica

Tantas pasiones encontradas despertaba Castellanos que un grupo de aficionados, comandados por Joaquín Ríos-Capapé „un ´plumilla´ incipiente en aquella época„, publicó en un diario local una carta de adhesión inquebrantable a Ángel Castellanos... que tuvo inicialmente un efecto contrario al deseado. ¿Contrario? Sí, sin duda. La carta en cuestión destilaba un aroma tan ´barroquito´ y floreado „Capapé se ha pulido con los años„ que más que parecer un acto de fe ¡castellanista¡ daba la impresión de que la carta estaba trufada de mofa y burla hacia el futbolista. Se montó la mundial. Ángel se cabreó. Pero una vez aclarado el entuerto, sabedor Castellanos de que la carta sí era un escrito en defensa de sus valores como futbolista, regresó la calma al entorno del Valencia y Ríos-Capapé, Hugo Bacharach y otros ´firmantes´ de postín, pudieron respirar tranquilos. El honor de Castellanos estaba a salvo.

La final de copa

Por cierto, Castellanos jugó y ganó una final de Copa al Real Madrid en el Vicente Calderón que sin duda traerá muchos recuerdos a todos los valencianistas que lo vivieron en vivo y en directo... y también a los jóvenes cachorros del valencianismo que tienen la imagen de esa final grabada en su retina. Recuerden. Año 1979. Pasieguito en el banquillo del Valencia. Dos a cero final con dos goles de Kempes... ¡con la derecha! Fiesta por todo lo alto y estreno de una camiseta que pasará a la historia: la de la Senyera, la original. Castellanos, ese granadino de Ciudad Real con un toque ´albeldista´, posaba en la foto inicial de la final de rodillas con Kempes a su izquierda y el gran Quique Saura a su derecha. Momento inolvidable para todos. Y fundamental trabajo de Castellanos ´secando´ al organizador del juego del Real Madrid: un tal Vicente Del Bosque.

Invitación

Hoy juega el Valencia en Granada... la ciudad en la que reside una leyenda viva del valencianismo. ¿Estará Castellanos en Los Cármenes? Seguro. El Valencia no puede desaprovechar esta oportunidad de invitar al partido al Albelda de su época. Aguardo impaciente la foto de don Ángel en el palco granadino.