Son agentinos. Compañeros. Amigos. Comparten vestuario y selección. Uno (Banega) está integrado en el equipo pero se deja llevar por las influencias negativas. El otro (Gago) está más fuera que dentro pero mientras llega la hora de su marcha, si es que llega, es capaz de repercutir negativamente en la plantilla con su actitud pesimista y desarraigada. El Valencia, en verdad, necesitaría del concurso de los dos jugadores al cien por cien. Pero eso es imposible. Uno (Fernando) no quiere ni se le espera. El otro (Éver) sí que está por la faena pero corre el grave peligro de dejarse arrastrar. Y eso, lo de perder también la implicación de Banega, es un riesgo demasiado grande para este Valencia que tiene la plantilla cogida con pinzas.

Mala sociedad

Yo lo tengo claro. Ya se que es mayor de edad y que a estas alturas de su carrera debería estar más endurecido, más hecho, ser más sólido como futbolista y como persona. Pero no lo está. Me cuentan algunas personas cercanas a Banega que el chico gana en las distancias cortas, que esa fama de díscolo y desordenado que le acompaña no es del todo justa, que es un buen tipo... y sin duda un buen futbolista. Y sí, creo que es cierto lo que comentan, pero no es menos cierto que su gran apoyo en el vestuario, su confidente, no es otro que Fernando Gago. Y esa sociedad indiscutible es a fecha de hoy una lacra para el Valencia.

Cuidemos a Ever

Vale, sí, de acuerdo, el fútbol profesional exige de sus protagonistas que sean tipos aguerridos, rocosos, capaces de aguantar toda la presión del mundo aunque en el fondo no dejen de ser unos jovencitos venidos a más con la cartera llena de billetes. Eso es lo que exige el fútbol... pero luego está la realidad. Una realidad que nos indica que los futbolistas acusan lo que sucede a su alrededor y eso que sucede luego repercute positiva o negatívamente en su rendimiento sobre el terreno de juego. Y bien, aunque solo sea por eso, aunque solo sea para que Banega no baje su rendimiento por las influencias negativas de Gago, bueno sería que el Valencia prestara especial atención a Éver.

La explosión

Bernat está de moda. Es una buena noticia. Cada vez que un jugador se recupera para la causa... ganamos todos. Gana el propio jugador, gana el Valencia CF, gana Valverde „tiene más donde elegir„, gana la afición „la explosión de un jugador de la cantera siempre tiene efectos terapeúticos„ y ganamos los periodistas... tenemos más ´material´ para divagar y comentar. Está de moda, repito, y ahora se trata de gestionar bien esa eclosión para que su partidazo ante el Depor no se quede en simple anécdota. Juan Bernat ha demostrado que tiene fútbol en sus botas. Cuidémosle de la misma manera que debemos cuidar a Éver. Recuerden que los futbolistas no dejan de ser chavales que se hunden o se vienen arriba mecidos por la ola de las circunstancias.